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Andalucía

Rajoy minimizará los cambios por la elección del cabeza de lista

La Razón
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En el Gobierno y en el PP miran con tranquilidad hacia las elecciones europeas de la próxima primavera porque están convencidos de que estos comicios se celebrarán bajo un clima de percepción de salida de la crisis que les beneficiará. Dicen en Génova que han tocado ya su suelo electoral, y que la mejoría económica les ayudará a ir echando tierra sobre el desgaste por algunas de las impopulares decisiones adoptadas en los dos primeros años de Legislatura y por otras cuestiones espinosas como el «caso Bárcenas». En relación a esto último, en la dirección popular están confiados en que el ex tesorero ya les ha hecho «todo el daño» que podía hacerles y sostienen que no esperan que se produzcan novedades que les obliguen a rectificar la idea de que este problema «está ya amortizado».

En este marco de confianza en que la recuperación económica irá unida a una mejoría notable de la confianza en el PP, en Moncloa y en Génova dan por hecho que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, comunicará su decisión del cabeza de lista para las elecciones europeas muy a finales de año o ya a principio de 2014. Apurando los plazos, como es costumbre, pero con margen para llevar este asunto ya resuelto a la Convención Nacional que el PP celebrará a principios de año. La previsión es que se celebre en enero, o como muy tarde a principios de febrero. En Moncloa y en Génova se mueven con estas sensaciones porque la decisión final sobre candidato y fechas depende exclusivamente de Rajoy y hasta ahora no ha trasladado ninguna «pista» a sus colaboradores en relación a estos temas pendientes.

En las anteriores elecciones europeas, Rajoy resolvió la designación del candidato en plenas vacaciones de Navidad, a través de un comunicado del PP por el que se oficializaba la decisión del presidente del partido de renovar su confianza en Jaime Mayor Oreja como cabeza de lista. El hoy portavoz del PP en el Parlamento Europeo tiene un buen perfil, tanto por su imagen conservadora como por su discurso nacional, para combatir una posible candidatura por su cuenta de Aleix Vidal-Quadras, hoy todavía europarlamentario del PP, o para hacer frente al ascenso de Unión Progreso y Democracia (UPyD) que pronostican las encuestas. Pero en el partido hay bastante unanimidad a la hora de ver como muy escasas las posibilidades de que el político vasco repita como número uno en la lista europea. Como alternativa se ha asentado en las quinielas internas el nombre del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, muy buen conocedor de Europa, que tiene detrás el buen resultado de la negociación comunitaria y al que además podrían promocionar para la Comisión Europea.

Nada será definitivo hasta que Rajoy hable. Y no será la primera vez que cuando lo hace se lleva por delante quinielas asumidas ya como verdades en el seno de su formación. Con todas las precauciones necesarias, en su entorno sí dan por hecho que el presidente minimizará todo lo posible los cambios necesarios para elegir al cabeza de lista europeo. Hablan de «encaje de piezas» y descartan que el jefe del Ejecutivo pueda utilizar esta decisión para hacer una remodelación profunda de su Gobierno o del partido. «Rajoy está contento con la mayoría de sus ministros. Es consciente de que han sido unos años duros para todos, y, además, con la mayoría de sus ministros también tiene una buena relación de amistad», explican en Moncloa. El presidente ha demostrado en muchas ocasiones que no le gustan los cambios, salvo cuando resultan «extremadamente imprescindibles», apunta uno de sus colaboradores.

Según cuentan, Rajoy no está preocupado con el equipo, sino que lo que le ocupa es cómo marcar un antes y un después definitivo en el discurso y en la imagen que su Gobierno y su partido trasladan a la ciudadanía con el arranque del nuevo año. Al servicio de este objetivo estará la Convención Nacional.

Tres derrotas frente a cinco victorias

Cinco victorias y tres derrotas lleva el PP con Mariano Rajoy al frente. El primer debe se remonta a las elecciones generales de marzo de 2004: tras el 11-M venció el PSOE de Zapatero por una diferencia de casi 1.300.000 votos. Las autonómicas de mayo de 2007 dieron pocas novedades, con un PP vencedor en Castilla y León, la Comunidad Valenciana, La Rioja, Madrid y Murcia, además de Ceuta y Melilla. En las municipales, el PP gana en votos y el PSOE, en concejales. Tras perder los comicios en marzo de 2008, en las europeas de 2009 los populares vencen con más de un 42,2% frente al 38,5% de los socialistas. El PP obtiene luego un triunfo aplastante en las autonómicas y municipales de mayo de 2011, mientras que en las generales de noviembre de 2011 los de Génova vencen con mayoría absoluta. En marzo de 2012 hubo comicios en Andalucía –gana el PP, pero no obtiene mayoría absoluta– y Asturias –gobierna el PSOE–.