Primarias en el PSOE
Rajoy: Ni Díaz ni Sánchez
El presidente asume que el nuevo secretario general de los socialistas endurecerá la oposición contra el PP. Intentará afianzar una mayoría alternativa conservadora en el Congreso que le dé estabilidad para agotar la Legislatura
El presidente asume que el nuevo secretario general de los socialistas endurecerá la oposición contra el PP. Intentará afianzar una mayoría alternativa conservadora en el Congreso que le dé estabilidad para agotar la Legislatura.
Gobierno y PP observan con mucha atención el desenlace de las primarias socialistas. Hay asombro por las condiciones en las que acaba el partido que se ha jugado en el seno del PSOE durante estos meses y desconcierto sobre sus consecuencias en la Legislatura. El discurso oficial, marcado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se sostiene en la idea de que «la Legislatura depende de nosotros y no de la X del PSOE». Pero aunque hay diferentes opiniones sobre cuál es el candidato que más les conviene y sobre los efectos de la victoria de Susana Díaz o Pedro Sánchez, hay también coincidencia en medios gubernamentales en defender que «el resultado de las primarias condicionará la Legislatura, pase lo que pase, porque el segundo partido de España estará convulsionado por una victoria que parece que será escasa para cualquiera de los candidatos y eso hará que estén en una actitud muy beligerante contra el PP en lo que queda de Legislatura». Al PSOE lo dan, por tanto, por perdido, gane la presidenta de la Junta de Andalucía o Sánchez, y por eso Rajoy va a intentar afianzar una mayoría alternativa con Ciudadanos (Cs), PNV y otras minorías, a sabiendas, como admiten en el seno de su partido, de que, en cualquier caso, es una «mayoría muy efímera», lo que abre muchas hipótesis. Sobre todo porque en el Gobierno están convencidos de que la política de los dos candidatos con opciones a ganar el domingo las primarias socialistas será muy parecida, aunque Sánchez suponga en teoría una mayor amenaza para la estabilidad. «Pero los dos están dispuestos a derogar la reforma laboral, y si el resultado es tan ajustado como parece, Susana Díaz intentará reivindicarse ante la mitad del partido que no la apoye radicalizando su posición política, sobre todo si Podemos sigue empujándoles como viene haciendo hasta ahora», argumenta el análisis popular. En el PP, si tienen que apostar, siguen haciéndolo más por una victoria de la dirigente andaluza, con una tesis muy simple como justificación, la de que controla el aparato frente a la orfandad de Sánchez en las estructuras de poder. Pero es una presunción sometida a cautelas ya que la realidad lleva tiempo demostrando que las reglas ya no valen para los pronósticos.
El presidente del Gobierno no está dando a entender a sus colaboradores que considere determinante la victoria de Díaz. Él está en que tienen que seguir a lo suyo, y resistir hasta que se haga imposible gobernar. Los Presupuestos son una garantía, pero no la única, advierten, y como la presión de la oposición dependerá de las encuestas electorales el PP se prepara para un escenario en el que cada vez habrá menos espacio para el entendimiento con los de Rivera. No obstante, en el entorno del presidente tampoco demuestran que estén excesivamente preocupados por las consecuencias de la operación derribo por parte de la oposición con la corrupción como bandera. «Llevamos cinco años aguantando esto. De aquí al verano hay una calendario difícil, pero si todo lo que tiene que ofrecer el PSOE es esto, volveremos a ganar las elecciones y por más mayoría», llegan a afirmar. Una confianza que justifican en la convicción de que gane quien gane el domingo, el PSOE seguirá sumergido en una profunda crisis, y la división de la izquierda continuará jugando a su favor. «La Legislatura no depende de quién gane en el PSOE, sino de que seamos capaces de seguir demostrando que se puede avanzar con las mayorías de centro-derecha», alegan en Moncloa.
Ahora bien, sí es cierto que en la dirección popular son muchos los que consideran vital que gane Díaz para mantener cierta estabilidad, pero también hay quienes opinan que de cara al futuro les puede venir mejor una victoria de Sánchez. «Pedro es un perdedor, y el PSOE tiene posiblemente un camino más difícil para superar su desgarro interno si el que resulta elegido por la militancia es aquel que tiene en contra todo el aparato de poder del partido», reflexionan. Pero son análisis muy abiertos porque el futuro del PSOE es una incógnita. «No sabemos si el que gane sabrá ganar, ni si el que pierda sabrá perder. Todo ha tenido tanta escenificación de ajuste de cuentas que es imposible anticipar por dónde seguirá el PSOE», comentan en la dirección popular.
Sí hay bastante coincidencia, no obstante, en que una radicalización socialista les beneficia, aunque enrarezca el clima político, porque supone abandonar espacio de centro para que Rajoy «pueda hacerse valer como el garante de la estabilidad y de la recuperación económica». «Si piensan que con la corrupción van a echar al Gobierno se equivocan. Rajoy tiene cartas que no ha enseñado. Ni siquiera a los que están ya colocándose dentro del partido por si hay que anticipar el debate sucesorio», advierte uno de sus colaboradores en Moncloa. para que tomen nota fuera pero también dentro del partido.
✕
Accede a tu cuenta para comentar