Dublín

Rajoy se echará la campaña europea sobre los hombros

Implicará a todos los ministros en el despliegue por comunidades

El líder del PP llega al Congreso de los Diputados el pasado martes para asistir al debate del Estado de la Nación. Moncloa lo da por superado con «las expectativas cumplidas»
El líder del PP llega al Congreso de los Diputados el pasado martes para asistir al debate del Estado de la Nación. Moncloa lo da por superado con «las expectativas cumplidas»larazon

MADRID.-Moncloa da por superada, «con las expectativas cumplidas», la prueba del Debate del Estado de la Nación. Además de para hacer el obligado balance de la acción legislativa, la cita parlamentaria tenía como objetivo enfocar el eje que marcará la campaña de las próximas elecciones europeas, es decir, esbozar el nuevo discurso con el que el PP espera borrar los efectos de las decisiones impopulares de estos dos últimos años y hacer que cale en el imaginario popular la idea de que ha empezado un tiempo nuevo en el que la política del Gobierno irá dirigida a rectificar el coste de la crisis en la calle y a activar la generación de empleo. La coyuntura es difícil, y así lo señalan encuestas y hasta las previsiones de algunos colaboradores del presidente. Ya apuntó en esa dirección incluso uno de sus consejeros en la sombra, el sociólogo Pedro Arriola, en el «encierro» en Toledo que convocó Rajoy a principios de enero para intentar reforzar la cohesión interna bajo su liderazgo y recomponer los fallos de estrategia en el partido.

Estas elecciones van a tener un importante sesgo ideológico marcado por la izquierda y por el PSOE. «Ya lo dejó ver Rubalcaba en su mitin en el Debate del Estado de la Nación, la izquierda frente a la derecha bajo el mantra de que ellos son los defensores de los derechos sociales y nosotros sus enemigos», reflexiona uno de los estrategas del equipo del presidente. Ante esto, el perfil del candidato que finalmente designe Rajoy quedará, inevitablemente, bastante desdibujado por la contienda nacional y por la intención del jefe del Ejecutivo de echarse sobre los hombros ésta difícil campaña y asumir todo el protagonismo que su agenda le permita. En la medida que pueda, y siempre que no se traten de obligaciones internacionales, su intención es despejarla lo posible para recorrer todas las comunidades a las que pueda llegar. Fuentes de Moncloa adelantan que a día de hoy esa agenda internacional está vacía para la etapa central de la campaña. Y en clave nacional, hay sitios prioritarios, por supuesto, como Cataluña o Andalucía, en los que no faltará Rajoy, pero su voluntad es «torear» en todas las «plazas» que pueda.

Frente a los agoreros, frente a los más pesimistas, el presidente está convencido de que el PP puede volver a ganar estas elecciones europeas, no por mucho, porque el escenario deja poco margen para que haya diferencias importantes entre los dos principales partidos, pero con una victoria por la mínima valdría. «En estas elecciones habrá un ganador y un perdedor. Y el que pierda tendrá que asumir un coste interno que en el caso de Rubalcaba puede ser un vendaval. Lo importante es ganar, aunque sea por décimas», explican en Génova. Y para conseguirlo Rajoy movilizará a todo el partido, pero también a sus ministros y a sus altos cargos. Una campaña europea en clave muy nacional, y en la que se lo jugará todo, por paradójico que pueda parecer, a la economía. Las líneas maestras las definió ya en el Debate del Estado de la Nación y en Moncloa adelantan que el presidente seguirá la misma estrategia que centró su acción en anteriores contiendas electorales: «No se apartará de su camino, no entrará en las trampas de Rubalcaba ni en el cuerpo a cuerpo que le interesa a la izquierda». El presidente es consciente de que el PSOE le atacará por el flanco de las consecuencias sociales dela crisis, pero de aquí a las elecciones no sólo confía en que la recuperación reme a su favor, sino que intentará que del Gobierno salga más noticias positivas que redunden en ese mensaje de que la prioridad es el empleo y «ayudar» a los ciudadanos más perjudicados por la crisis. En este contexto, el candidato del PP tendrá que jugar un papel importante en la réplica al discurso de su «alter ego» socialista, Elena Valenciano, pero la voz principal del coro popular la pondrá Rajoy. Hay quien en el PP compara lo que se les viene encima con la estrategia que en su día siguió José María Aznar en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2003, con todas las diferencias de contexto que separan estos dos momentos. Aquella cita con las urnas de 2003 fue la primera prueba de Aznar tras dar su apoyo sin reservas a la guerra de Irak. Pese a tenerlo todo en contra, Aznar se puso las «botas» de campaña y el PP consiguió mantener su poder en todas las autonomías en las que gobernaba y también las alcaldías de las capitales de provincia en las que ya tenía el poder, excepto Zaragoza. Los motivos ahora son distintos, pero en la teoría el viento también sopla en contra del PP. Desde el próximo jueves Rajoy asistirá al Congreso del Partido Popular Europeo (PPE) que se celebra en Dublín. En él se decidirá el candidato del PPE a la Presidencia de la Comisión Europea para sustituir a José Manuel Durao Barroso. «Única y exclusivamente», subrayan en Moncloa. Esta semana ha circulado la teoría de que Rajoy estaba pendiente de este Congreso y de las negociaciones con la canciller alemana, Angela Merkel, sobre el reparto de poder en los nuevos comisarios y en la presidencia del Eurogrupo, para decidir su «cabeza de lista» para las europeas. Hipótesis que rebajan en Moncloa. «En Dublín no se negocian otros cargos, salvo el del candidato a la Presidencia de la Comisión Europea. Rajoy está siguiendo su calendario y toma las decisiones según el momento y las circunstancias», advierten.