Conflicto de Gibraltar
Rajoy, seguro de que el conflicto de Gibraltar «terminará bien para todos»
Considera «útiles» los dos encuentros de ayer con Cameron en el G-20
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantuvo dos reuniones con el primer ministro británico, David Cameron, durante la cumbre del G-20 que se clausuró ayer en San Petersburgo (Rusia). La primera de ellas se produjo el jueves «a última hora», según palabras del propio presidente, y la segunda durante la mañana de ayer. Sin embargo, Rajoy fue parco en palabras con los medios de comunicación a la hora de ilustrar cuál fue el contenido de las mismas: «Tengo que ser prudente», explicó.
No obstante, en la rueda de prensa que cerró su agenda en la ciudad rusa, el presidente español reconoció que «las conversaciones han sido útiles, la sintonía personal (con Cameron) es buena y hemos quedado en seguir conversando».
La delegación británica solicitó una reunión bilateral entre su primer ministro y Mariano Rajoy apenas puso un pie en San Petersburgo y, aunque no se ha producido un encuentro a nivel oficial –como sí sucedió, por ejemplo, con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, o el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin–, fuentes gubernamentales confirmaron la existencia de estas dos reuniones «al margen» entre ambos mandatarios.
Ante la insistencia de los medios de comunicación por alguna aclaración sobre por qué se calificaba el encuentro de «útil», Rajoy afirmó: «Es evidente que ahí (en Gibraltar) hay un problema. Aquí hemos sentado las bases para un diálogo en el que, conociendo al señor Cameron y conociéndome a mí, estoy absolutamente convencido que terminará bien para todos, que es de lo que se trata». «Pero debo ser prudente», reiteró.
No es la primera vez que el presidente Rajoy y el primer ministro Cameron hablan sobre el Peñón desde que, a finales del mes de julio, se desatara la crisis diplomática entre Madrid y Londres por el hundimiento de 70 bloques de hormigón en aguas en litigio, llevado a cabo de manera unilateral por el Gobierno de Fabian Picardo con el consentimiento tácito del gobernador británico de la colonia, el vicealmirante sir Adrian James Johns. El pasado 7 de agosto, cuando ambos dirigentes disfrutaban de sus vacaciones de verano, ya se produjo una conversación telefónica en la que no hubo un acercamiento de posturas.
Desde que estalló la polémica, Reino Unido ha presionado a la Comisión Europea para que ésta envíe un grupo de observadores para monitorizar los registros en la verja de Gibraltar. Mientras, la postura española no se ha movido ni un ápice: los controles son «irrenunciables» para luchar contra el contrabando de tabaco y otros productos que se lleva a cabo a través del Peñón.
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