Presidencia del Gobierno
Rivera pide al PP otro candidato «que tenga una investidura viable»
Da por «caducado» el pacto de 150 reformas que firmó con los populares
Da por «caducado» el pacto de 150 reformas que firmó con los populares
Albert Rivera subió a la tribuna de oradores tras la intervención del líder de Podemos y bromeó sobre el tono con un «tras la tempestad –por Iglesias– llega la calma». Aprovechó sus cinco minutos para repartir críticas a las dos bancas de izquierda a derecha y consideró que «después de escucharles no sé si es la mejor manera de llegar a acuerdos».
Después de una semana de intensas negociaciones para lograr un acuerdo entre PP y Ciudadanos que se fraguó en un pacto de 150 medidas de las cuales 100 el propio Rivera aseguró que ya las había pactado con los socialistas, el presidente de los naranjas daba por terminado ayer el pacto de investidura con los populares. Los dirigentes de C’s y el propio Rivera días antes habían insistido en que a partir del resultado de ayer, tras la segunda investidura fallida –esta vez de Rajoy– reuniría al Comité Ejecutivo para estudiar la vigencia del acuerdo. Algunos dirigentes de Ciudadanos ya habían apuntado a que el acuerdo era sólo de investidura y no de gobierno y dependería de lo que ocurriera en la sesión parlamentaria de ayer. Aunque también subrayaron que sus reformas no tenían fecha de caducidad y que la intención es que lo firmado perdurara. Aún así, C’s convocará una Ejecutiva para tomar una decisión.
Sin embargo ayer Rivera dio por terminado el texto que ambos rubricaron. «Hoy se va acabar un pacto de investidura que firmamos PP y Ciudadanos» y advirtió de que ya sólo apoyará la investidura de un candidato del PP que sea viable tras el fracaso de ayer de Mariano Rajoy. Rivera daba así a entender que podría presentarse otro dirigente popular a una futura investidura que no fuera el presidente del gobierno en funciones. «Nosotros estaremos a la expectativa si algún candidato del Partido Popular tiene una investidura viable, pero investiduras que no sean viables, no, señor Rajoy», le dijo el líder de Ciudadanos.
Eso sí, también puso como condición para contar con el apoyo del partido naranja a que el candidato que se presentara sus cribiera las 150 reformas incluidas en el pacto que Ciudadanos rubricó con los populares a cambio de apoyar entonces la investidura de Rajoy. Con ello quiso dejar claro que la formación naranja ya no está dispuesta a participar en otro «teatro» del bloqueo, después de dos investiduras fallidas, primero la del socialista Pedro Sánchez en marzo y ahora la del candidato popular.
Ante el escenario que viene por delante y después de lo ocurrido, Rivera llamó a los líderes de PP y PSOE a abrir una «reflexión» sobre «por qué no son capaces de generar consensos y ponerse de acuerdo en temas esenciales». Asimismo, el líder de los naranjas advirtió de que «quien piense en unas terceras elecciones no merece ser presidente del Gobierno nunca». Porque eso, sería decirle a los españoles «que su voto no vale nada, decirle que hasta que no salga el resultado» que gusta a los diputados, éstos no van a hacer «nada». «Son ellos los que nos pagan el sueldo. Tenemos que ser la solución, no el problema». Se presentó como el partido del «sí». El que dijo «sí» a la investidura fracasada del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y el que dijo «sí» a la fallida de Rajoy, porque, destacó, «somos los del sí a las reformas». Y dirigiéndose a Sánchez le explicó que apoyan la investidura de Rajoy «por España, no por amor al arte».
También criticó el tono y el cruce de reproches de las intervenciones de Rajoy, Sánchez y Pablo Iglesias, al que advirtió de que no se consiguen cambios para la gente a la que tanto cita «gritando», sino «negociando» como hizo Ciudadanos que consiguió incluir medidas como la dación en pago en su pacto con el PP. «No se trata de quién defiende mejor su partido o su sillón, sino quién puede defender mejor los intereses del país», lo que pasa por poner en marcha reformas, ha dicho.
Albert Rivera hizo ayer un discurso enfocado al ciudadano y dispuesto a hacer llegar a la calle que busca soluciones. Por ello, apeló a las emociones del oyente y a ellos se dirigió en el final de su intervención para decir lo que no había dicho ninguno al subir a la tribuna y pedirles perdón. «Quiero pedir perdón a los españoles en nombre de mi partido porque nos escogieron para buscar soluciones. Perdón por no ser capaces de convencer a estos viejos partidos de no ponerse de acuerdo». Y aunque la responsabilidad de no haber tenido éxito no es «sólo» de la formación naranja, indicó que se sentía «partícipe de este fracaso».
El análisis
El precio del titubeo
por PIlar Ferrer
En política hay que mojarse y no se puede uno llevar bien con todo el mundo. Es la encrucijada que persigue a Rivera, ubicado en una órbita veleta que le llevó primero a pactar con el PSOE, arrepentirse después, moverse en un indeciso tira y afloja con el PP, alcanzar un acuerdo y acomplejarse de inmediato. Rivera corre el riesgo de quedarse en «tierra de nadie», una vez que balbucea ante sus pactos, y exhibe una agotadora y contradictoria presencia mediática de sus portavoces. El centro, que tan bien diseñó Suárez, no es un columpio oscilante, sino una plataforma seria encaminada a recoger el voto moderado decisivo en unas elecciones.
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