Política

Reforma educativa

Rubalcaba admite una evolución pero no una revolución en el PSOE

Rubalcaba, durante su intervención en la apertura del encuentro monográfico titulado "Ganarse otra democracia para ser más Europa"que se celebra en Oviedo.
Rubalcaba, durante su intervención en la apertura del encuentro monográfico titulado "Ganarse otra democracia para ser más Europa"que se celebra en Oviedo.larazon

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dicho este sábado en Oviedo que si el PP no introduce cambios en la reforma educativa el PSOE exigirá la revisión de los acuerdos con la Santa Sede.

Mejorar la calidad de la democracia y recuperar la confianza en la política. Los socialistas se reunían para debatir sobre las reformas que esta España, esta democracia y este PSOE necesitan. Y desde primera hora la «consigna» del «aparato» fue nítida: cambios, sí; pero no operaciones cosméticas, avisó Elena Valenciano, en su discurso de bienvenida. En la agenda, tanto como la reconstrucción del edificio institucional del país estaba la crisis interna, el calendario orgánico, las primarias, el baile de candidatos (ninguno estaba, por cierto, en la cita de Asturias); las nuevas formas de militancia... Y Rubalcaba lo dijo alto y claro: «Hay que hacer cambios deprisa, pero medidamente». No hablaba explícitamente pero sí de forma velada del PSOE. Cuando se refirió a la «aluminosis de las instituciones» añadió también «las dificultades que tiene el partido». Y por eso en su intervención puso el foco en tres objetivos (transparencia, participación y dación de cuentas) que deben guiar los pasos con los que el PSOE haga frente a la crisis de la política y a la desafección hacia los partidos. Un repaso por la reforma de la Administración local, la ley del aborto, la reforma educativa, los consensos... y llegó a las primarias abiertas para decir que sí, que ya se aprobaron en el Congreso de Sevilla, que se harán porque él mismo las propuso y que ahora toca «debatir sobre nosotros mismos y reflexionar sobre cómo nos elegimos». Siempre, dijo, «fuimos los más demócratas en esto, no como los del PP y el PP vasco que estas cosas las resuelven en una cenita». Ni una palabra de fechas, ni una alusión a posibles candidatos, ni una mención a su futuro político, pero sí una advertencia, bueno dos. La primera, que lo importante es lo de fuera (las reformas institucionales y políticas) y luego, lo de dentro (PSOE). Y dos, que lo que hagan los socialistas no sea «una revolución, sino una evolución inteligente».

Rubalcaba, ya hemos dicho, no habló de candidatos, pero sí Javier Fernández, que además del presidente de Asturias y el secretario general de los socialistas asturianos es hoy el barón más cercano al «aparato». Y en esta última clave se leyeron sus palabras sobre las primarias y los aspirantes cuando dijo que el elegido no debe ser sólo «una persona joven, con sonrisa cautivadora, telegenia, gran capacidad de comunicación y empatía», sino que convendría que «generará confianza y diera sosiego». Aún diría más: «Que fuera alguien sólido con un proyecto trabado detrás, con fondo político, que no se ponga nervioso, no de bandazos, no tenga ocurrencias, no ponga filias o fobias por encima del interés general y tenga la mandíbula de acero porque van a ir a por él en cuanto se le conozca». Todo esto es lo que ha de tener, según Fernández (es decir, según Ferraz) un líder para un tiempo de «crisis sistémica y fortísima erosión moral». Ahí quedó eso. ¿Hablaba de Chacón, Madina o López? Él sabrá, pero a eso sonó.

Tras el almuerzo, y metidos en harina orgánica, Óscar López, se batió el cobre en el debate sobre Organización. Claro que ya lo traía batido de antemano, porque encauzó antes uno de los asuntos más polémicos, el de las primarias que algunos piden para elegir también secretario general y que hace unas semanas él mismo asumió como idea propia. Ayer echó el freno y remitió a un congreso federal el asunto. Y es que el congreso de Sevilla dijo «no» hace un año y Andalucía ya ha advertido que no pasará por ese aro. Si un congreso votó en contra, tendrá que ser el mismo órgano quien diga lo contrario, ni comités federales, ni ejecutivas.

Contenido, de momento, ese debate, las intervenciones discurrieron sobre las nuevas formas de participación en el PSOE. Voces a favor y en contra de la polémica figura del «afiliado directo»; reflexiones interesantes como la de César Ramos (Extremadura) sobre los defectos de las primarias («Podemos elegir un magnífico candidato para el marketing, pero no al mejor presidente del Gobierno»); reproches a Ferraz por no haber celebrado la prometida Conferencia sobre Organización, como la de la activa tuitera @martuniki, que también afeó la escasa atención que se presta a los militantes en el PSOE. Reflexión esta última que compartió también Jesús Llaneza cuando habló del «silencio de los corderos»... Conclusión: queda aún mucho debate.