Presidencia del Gobierno
Sánchez admite que la reforma del artículo 135 de la Carta Magna se hizo de forma apresurada
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reconoce que la reforma del artículo 135 de la Constitución que el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero pactó con el PP en 2011 se hizo “de manera claramente apresurada” y sin “debate previo”, y por ello defiende ahora la necesidad de “completarlo”, esta vez sin “hurtar a la ciudadanía” ese “necesario debate”.
Así lo pone de manifiesto en un artículo que el líder de los socialistas publica este sábado en el diario ‘El Mundo’, en el que aplaude el “gesto” que “valientemente” lideró entonces Zapatero, porque “evitó la intervención”, pero en el que también reconoce que, tres años después, es necesario reformar el artículo para garantizar los derechos sociales.
De este modo, Sánchez admite que los dos “principios” que, a su juicio, definen a los socialistas, y que se resumen en “la prioridad de la gente sobre la economía” y en “la defensa del debate previo a las grandes decisiones”, quedaron “subvertidos en el tempestuoso verano de 2011”, al consagrar en la Constitución la “prioridad absoluta” del pago de la deuda.
“Yo mismo participé en las reuniones preparatorias de la reforma,
y yo mismo defendí en público su necesidad”, recuerda, para añadir que en aquel momento España “tenía el serio riesgo de ser intervenido” y creyeron que de esta forma satisfarían “la voracidad de los llamados ‘mercados’”.
Asimismo, Sánchez explica que tomaron esa decisión porque confiaban en que el acuerdo alcanzado entonces con el PP “se mantendría después, cuando tocara hablar de la Ley de Estabilidad Presupuestaria”, y en que “los conservadores” aceptarían sus propuestas para “una estabilidad presupuestaria sin dogmas, adaptada al ciclo económico”.
Sin arrepentimientos
“No me arrepiento de aquel voto positivo porque lo ejercí con lealtad y responsabilidad. Pero los acontecimientos posteriores demostraron que cometimos algunos errores de cálculo. Los especuladores no prestaron ninguna atención a nuestro cambio constitucional y nuestra prima de riesgo siguió subiendo”, lamenta.
“Soslayamos por completo el debate necesario en una reforma de ese calado. Y permitimos, en fin, que esas dos palabras que ofenden la moral de la izquierda --prioridad absoluta-- quedaran grabadas en nuestra Carta Magna asociadas al pago de la deuda”, continúa.
No obstante, defiende que los socialistas siguen reivindicando el principio de estabilidad presupuestaria, ya que “contar con unas cuentas públicas saneadas es la garantía de un Estado del Bienestar sostenible en el tiempo”. “De igual forma, garantizamos el pago de la deuda pública. Creemos que la solvencia de nuestro país es determinante para que los mercados nos permitan financiar becas, hospitales, escuelas e infraestructuras”, añade.
A este respecto, Sánchez aprovecha para criticar a los que “juegan” de manera “irresponsable” con la idea de no pagar la deuda o de calificar un tipo de deuda como legítima y otra como ilegítima. Eso, a su parecer, es “poner en riesgo” la solvencia de la economía española, “lo que sería fatídico para el presente y futuro del país”. “Pero entre un impago y el dogma de la ‘prioridad absoluta’ hay espacio para la política económica socialdemócrata”, insiste.
“Proponemos blindar en nuestra Constitución derechos que los progresistas sí estimamos son prioridad absoluta y que constituyen lo que instituciones como la Organización Internacional del Trabajo o el G-20 han considerado ‘suelos sociales’ imprescindibles en un país decente, como es la financiación de los tres pilares clásicos del Estado del Bienestar. El artículo 135, tal y como quedó apresuradamente escrito, nos parece incompleto con esa visión. Por eso hemos anunciado nuestra disposición a modificarlo. Y hacerlo tras un necesario debate que esta vez no debemos hurtar a la ciudadanía”, concluye.
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