Presidencia del Gobierno
Sánchez tantea a los independentistas a través de Compromís
Insiste en intentar formar gobierno con el apoyo de Iglesias, con el que se han «limado algunas asperezas», según Ferraz.
Insiste en intentar formar gobierno con el apoyo de Iglesias, con el que se han «limado algunas asperezas», según Ferraz.
Perturbadora, insuficiente, disparatada y, casi con toda seguridad, imposible. Así se presentaba la ronda de consultas iniciada por Pedro Sánchez, según reconocía la propia dirección socialista, «sin un destino claro». Los espacios de entendimiento entre fuerzas de signo antagónico eran tan estrechos que resultaba difícil imaginar que terminasen en un apretón de manos para sellar el consenso. Pero el secretario general del PSOE, como don Erre que erre, inasequible al desaliento, ha insistido en volver por sus fueros. Sobre la mesa, la idéntica oferta «tripartita», esta vez focalizada desde su izquierda, que ya buscó en la anterior Legislatura y que finalmente saltó por los aires ante la imposibilidad de sentar en la misma mesa de negociación a Podemos y C´s. Eso mismo ha pretendido volver a intentar. En base a que la entente entre los tres partidos sería posible, ha montado lo que suele llamarse «una tormenta en un vaso de agua». Con Pablo Iglesias, aseguraban en la calle Ferraz, «las asperezas han sido limadas». Y con Rivera, insistían, la interlocución es «fluida». Lo que no es mucho decir, la verdad. La solución, al menos de cara a una investidura, era matemáticamente viable pero políticamente inverosímil.
Nada nuevo por tanto en el abrupto camino de Sánchez para lograr el alumbramiento de un Gobierno del «cambio», ahora etiquetado como «regeneracionista», coartada con la que el líder de los socialistas ha aspirado a encontrar un cauce común que le llevase en volandas a La Moncloa. Ahí está el quid de la obsesión de Pedro Sánchez, pues en esta apuesta se ha jugado gran parte de su futuro político. De su futuro, en general. Por supuesto. Porque en ocasiones no se sabe bien si juega a Política (con mayúscula) o meramente a conseguir metas personales en una estrategia de «partido a partido» como la que defiende el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone. De ahí que incluso para gentes con enorme raigambre en el PSOE sea muy difícil vislumbrar ese objetivo de país que siempre ha alumbrado al socialismo y que ahora ha quedado absolutamente relegado en los cálculos tan particulares de su secretario general. En este sentido, Sánchez sigue aferrado al plan de mantenernos a todos atentos a su agenda política. Mirad el dedo para que no veáis el sol, parece querer transmitir. Su entorno ha filtrado, día sí y día también, que la ronda de contactos continuaba, en un intento de desviar la atención sobre el bloqueo institucional que se vive por el «no es no» a Rajoy sin que el PSOE presente alternativa alguna para superar la vigente ingobernabilidad. Las noticias que se esperaban el pasado lunes fueron postergadas al jueves y posteriormente al viernes, con la agenda del jefe de filas del PSOE vacía de actos electorales. La promesa de pasto fresco para la voracidad mediática volvió a quedar reducida a otro jarro de agua fría más. Insisto, todo apunta a que estamos ante un Sánchez echando una mano a su equipo de comunicación para crear manufacturas informativas que le permitan ir ganado tiempo. Exactamente lo mismo que hizo tras las generales del 20 de diciembre. Y si en el tránsito surge un cabo al que agarrarse para desviar la atención sobre la fragilidad de su liderazgo, bienvenido sea.
Con ese fin los móviles de Antonio Hernando, Iñigo Errejón, Alberto Garzón y Joan Baldoví se mantienen al rojo vivo, por más que la alianza de estos actores políticos resulte incompleta sin amontonar también a los separatistas... al menos mientras Rivera continúe, tal como ha señalado, sin facilitar un Gobierno respaldado por 85 diputados socialistas y avalado por Iglesias. Pero al peligroso tanteo de esos grupos está ya dedicado el portavoz de Compromís, ya sea por cuenta propia o por encargo de alguien con mando en plaza en el PSOE. Sea como fuere, todo parece señalar que Sánchez no va ningún lado con su travesía. Y que, por tanto, volveremos a la casilla de salida, donde está esperando Rajoy, que es quien tiene el mayor respaldo en las Cortes y, además, con una amplia diferencia en porcentaje de votos y número de escaños. Por no repetir una vez más que ha sido el ganador en dos ocasiones, la última con mayor respaldo que la primera. Ya veremos hasta dónde puede llegar la cerrazón de Pedro Sánchez. En manos de sus siglas, claro, sigue estando propiciar un Gobierno del PP con C´s o bien, olvidando los imperativos del sentido común, dejar que se agoten los plazos e ir a unas terceras elecciones.
✕
Accede a tu cuenta para comentar