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Sánchez y Díaz centran la batalla final en Cataluña

Buscan arañar votos entre los militantes del PSC. La andaluza presentará el martes, un día después del debate, su programa para liderar el PSOE.

Sánchez y Díaz centran la batalla final en Cataluña
Sánchez y Díaz centran la batalla final en Cataluñalarazon

Buscan arañar votos entre los militantes del PSC. La andaluza presentará el martes, un día después del debate, su programa para liderar el PSOE.

Cada día que pasa está más claro que las primarias socialistas son cosa de dos. Susana Díaz y Pedro Sánchez tuvieron ayer una apretada agenda y no se anduvieron por las ramas. La candidata y presidenta andaluza lanzó su primer dardo por la mañana en Espejo Público, ante Susanna Griso. Acusó al ex secretario general de dar «volantazos», tras conocerse que Sánchez reniega de dar un giro a la izquierda al PSOE –del que afirma que es un invento de los periodistas–, que Cataluña ya sólo es una nación cultural y que Podemos es el adversario y no el aliado como argumentó tras su salida del liderazgo del PSOE en aquella recordada entrevista con Jordi Évole. Sánchez contestó a las pocas horas. En una rueda de prensa, la primera desde septiembre de 2016, devolvió el golpe: «El único «volantazo» es regalar al PP la abstención». Sin embargo, de la boca de Sánchez no salió ni una autocrítica tras dejar al PSOE con 85 diputados durante su liderazgo en el partido, aunque Sánchez se empeña en afirmar que, si se hubieran celebrado unas terceras elecciones, el PSOE, bajo su égida, hubiera superado los 100.

Díaz no desaprovechó la ocasión para situar a Sánchez en la órbita podemita: «Cuando la socialdemocracia se radicaliza o intenta imitar a la extrema izquierda, lógicamente la gente nos abandona». Marcó también su posición: «Que entienda que no va a hacer con el PSOE lo que ha hecho con IU. Nadie le va a decir al PSOE lo que tiene que hacer», afirmó en clara referencia a lo que calificó de «interferencias» de Podemos y de su líder, Pablo Iglesias. El candidato madrileño defendió su hoja de ruta, justificó los cambios y no adelantó su estrategia si gana las primarias ante el Gobierno de Rajoy. Sin clarificar su posición ante una hipotética moción de censura, dijo que en el debate intentará convencer a Díaz de que «fue mala idea la abstención».

Sánchez ha mantenido cierta ambigüedad sobre cuál será el papel de sus adversarios si se alza con el liderazgo, mientras que Díaz, convencida de ganar, ha sido muy explícita: «Si gano, llamaré a Sánchez y Patxi López para que arrimen el hombro», porque «entre los socialistas no cabe odio ni rencor».

El «toma y daca» entre los dos candidatos, lejos de amainar, se está enconando, tanto desde las tribunas de los mítines como desde las redes sociales. Además de las palabras, ayer se volvieron a conocer denuncias de juego sucio. Esta vez en Ceuta, dónde se acusa a los partidarios de Sánchez de inflar el censo y a través de unas grabaciones y grupos de mensajería, se daban instrucciones a los militantes por parte de Juan Gutiérrez, delegado de UGT, a los compañeros de su empresa, que según las informaciones se afiliaron masivamente antes de que se cerrara el censo.

El martes, Díaz presentará su programa, que pretende sumar a la ponencia política que aprobará el 39º Congreso, y reforzará su presencia fuera de Andalucía en los últimos días de campaña. Ayer volvió a Cataluña, dónde se libra una dura batalla. Sánchez consiguió 6.000 avales por 1000 de la andaluza, y López 500. Todos los candidatos consideran que hay margen para arañar votos en el socialismo catalán porque están censados más de 14.000. O sea, más de la mitad no se ha decantado por ningún candidato. Díaz acudió ayer a Mataró, dónde fue recibida por unos centenares de militantes, y Sánchez incrementará su presencia la próxima semana. El jueves, en Viladecans, feudo de Carles Ruiz –uno de los principales escuderos del primer secretario del PSC, Miquel Iceta–, y el viernes, en un desayuno informativo. Díaz contará, además, con el apoyo del ex presidente Zapatero, que visitará hoy Tarragona, y del secretario general de las Juventudes Socialistas, Nino Torre, en Lérida.

Antes, los tres candidatos tienen una prueba de fuego: el debate del lunes. Lo abrirá Díaz y lo cerrará Sánchez. En medio, una hora y media de política, economía y sociedad del bienestar, con el plato fuerte del modelo de partido.