Crisis del PSOE
Santamaría ironiza con que a Rodríguez le parezca exótico apoyar a la secretaria general
Ni la crisis, ni la corrupción, ni el paro, ni la economía... Mañana para el caos y el desatino en un PSOE que no remonta vuelo ni levanta cabeza. Ponferrada les ha dejado heridos y la petición de suplicatorio de José Blanco, inhabilitados para reclamar según que cosas al adversario. Es lo que tiene ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. El PSOE quería hablar ayer, como todos los días desde hace semanas, del "caso Bárcenas"en la Carrera de San Jerónimo y el Gobierno, claro, le respondió con Ponferrada, el último episodio de delirio en un socialismo agónico.
Semana tras semana, los socialistas no logran que el foco político se detenga en la labor del Ejecutivo porque ya se encargan su compañeros, sean catalanes, gallegos o ponferradinos, de abrir una nueva crisis interna que eche más leña al fuego del debilitado lilderazgo de Rubalcaba. "Les han fallado los criterios y los principios", le espetó la vicepresidenta a la portavoz del PSOE, Soraya Rodríguez, cuando ésta pretendió afearle que en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros no respondiera preguntas sobre el ex tesorero del PP y cuestionar su política de comunicación.
"No tienen criterio y cuando no tienen criterio en Madrid, no les obedecen en Ponferrada. A ustedes sí que les ha fallado la comunicación interna y la externa, pero lo más importante, les han fallado los criterios y los principios", inisitió la número dos del Gobierno a quien, dicho sea de paso, Rodríguez se lo pone cada semana más fácil en el Parlamento, ya que no hay un miércoles que la socialista "centre el tiro"y no se disperse en una maraña de datos, reproches o decisiones que acaban semana tras semana en un notable vapuleo por parte de su tocaya.
Tan atrevida fue su calificación de la imagen que el lunes protagonizaron varios miembros del Gobierno y el PP para apoyar a Maria Dolores de Cospedal -"fue la foto del pánico"- como contundente la respuesta que le propinó su adversaria: "No me sorprende que en la actual situación por la que atraviesan ustedes, les parezcaexótico e inverosímil"que un partido se reúna a apoyar a su secretario general". Por si Ponferrada no fuera suficiente, Santamaría usó también para acallar al rival el "caso Campeón"y a José Blanco para poner de manifiesto la doble vara de medir de los socialistas, que defienden que actúe la Justicia cuando ese caso afecta al PSOE pero si un caso afecta al PP, piden a este partido que actúe de inmediato.
El "rifirrafe"parlamentario fue tan tenso que el presidente Jesús Posada tuvo que pedir que cesara el griterío desde los escaños de uno y otro lado, pero especialmente los que provenían de la popular Carmen Álvarez Arenas, que esta Legislatura ha tomado el relevo a la socialista Isabel López I Chamosa, en los comentarios a gritos más propios de mercado central que de Parlamento.
El duelo entre Sorayas sucedió a un cara a cara de baja intesidad entre el presidente del Gobierno y Rubalcaba, que tuvo a la política económica como protagonista. Ni Rajoy quiso cebarse con su adversario ni en éste hubo atisbo de agresividad en sus planteamientos. La gresca la dejaron para sus segundos o terceros...El jefe del Ejecutivo parece tener más consideración con Rubalcaba que los suyos. Y esto, se mire como se mire, pinta en bastos.
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