El desafío independentista

Sólo 599 catalanes residentes en el extranjero han pedido votar el 9-N

Pese a una fuerte campaña en el exterior, la Generalitat no ha podido movilizar ni a un 1% de los 211.000 catalanes que viven fuera de España

«Referéndum informal» en El Masnou con el que en Cataluña se prepara la consulta de noviembre
«Referéndum informal» en El Masnou con el que en Cataluña se prepara la consulta de noviembrelarazon

Pese a una fuerte campaña en el exterior, la Generalitat no ha podido movilizar ni a un 1% de los 211.000 catalanes que viven fuera de España

La entrevista entre Mariano Rajoy y Artur Mas no ha tenido como resultado observable una relentización en los preparativos que el nacionalismo catalán –tanto desde las instituciones autonómicas como desde la sociedad civil– está llevando a cabo para materializar la consulta del 9 de noviembre.

El Gobierno de la Generalitat de Cataluña no tiene fin en sus aspiraciones y, durante los últimos meses, las campañas para favorecer la votación el 9 de noviembre han sido objeto oscuro de deseo en el mundo soberanista. Omnium Cultural lanzó su campaña «votar es normal en un país normal», la Asamblea Nacional Catalana mantiene una febril actividad en el territorio y, ambas entidades, han impulsado celebraciones castelleras en diferentes ciudades europeas. El objetivo conseguir crear un clima de excitación que irá «in crescendo» –con la celebración de la Diada del 11 de septiembre como plato fuerte– a medida que se acerque el día deseado: el 9-N.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La agitación y la propaganda funcionan. Desde las actividades lúdicas hasta los sesudos informes del Consejo de Transición Nacional pasando por la activa actitud de los medios de comunicación públicos. Todo funciona con puntualidad y efectividad pero más bien de puertas adentro que de puertas afuera. Los últimos revolcones de Obama, Hollande o Merkel han dejado «la internacionalización del proceso» muy tocado. Es más, la actitud de los liberales europeos han dejado al eurodiputado Tremosa en una delicada posición. Durante la campaña europea, Tremosa afirmaba que los liberales daban total apoyo a la consulta. La realidad le ha desmentido.

Sin embargo, no es lo único que no funciona precisamente bien. Tampoco se registran avances en la elaboración del censo para que los catalanes puedan votar. El Gobierno se ha devanado los sesos para conseguir tener este censo, pero los avances son escasos. En este tema, el Ejecutivo de Artur Mas va de derrota en derrota hasta la victoria final. La frase tiene una paternidad variada. Se le atribuye a Mao, a Ho Chi Ming, a Churchill e incluso a Trotski. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, la célebre frase parece más bien sacada de uno de los monólogos de Groucho Marx.

El Gobierno catalán quiere avanzar por diferentes caminos para tener un censo que permita afrontar la consulta con unas mínimas normas democráticas y alejarse de la consulta de costillada que convertiría al nacionalismo catalán en el hazmerreír del conjunto de la comunidad internacional. Para ello, lo está intentando todo. No le sirven los datos sanitarios de los ciudadanos y tampoco los ayuntamientos podrán ceder el padrón. Un juez rechazó esta posibilidad ante la denuncia de un vecino de la población de Cabrils porque, según la sentencia, el marco legal actual no permite esta cesión de datos «para la realización de una consulta que tenga por objeto una previsible convocatoria de autodeterminación en el ámbito de Cataluña que se realice con los datos censales».

Así las cosas, el Gobierno catalán actuó en el mes de marzo. Un decreto desempolvaba la posibilidad de que la Generalitat realizara un censo de los catalanes residentes en el extranjero. El decreto se blindó ante un posible recurso del Constitucional evitando citar su uso para la consulta. Podían sumarse a este censo todos los catalanes que vivan fuera de España cuya última residencia fuera en un municipio catalán. También podían registrarse sus descendientes siempre y cuando mantuvieran la nacionalidad española. El Gobierno catalán calculó que el colectivo potencial podría alcanzar los 211.000 catalanes. Para facilitar el proceso, el registro en el censo podía hacerse de forma telemática, sin desplazamientos.

En el mes de abril, el registro censal se puso en marcha. El 10 de julio, última fecha de la que el Ejecutivo catalán tiene datos, se habían registrado 599 personas. El fiasco es de tal magnitud que la preocupación cunde en el ejecutivo. Si el censo va mal no va mejor que la cesión de datos fiscales de los ciudadanos en la Agencia Tributaria Catalana. De tres millones de contribuyentes apenas dos centenares han depositado su declaración en esta «fundamental estructura de Estado». Por cierto, a estas alturas el Gobierno catalán no ha dilucidado cómo podrían votar los ciudadanos catalanes que residan en el resto de España y el día D se acerca peligrosamente porque lo primordial, el censo, brilla por su ausencia.

La entrada del ERC en el Govern «no está encima de la mesa»

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, aseguró ayer que la posible entrada de su partido en el Govern de la Generalitat en otoño «no está encima de la mesa» y que garantizar que se cumplan los objetivos compartidos con CiU, como la consulta del 9-N, se puede seguir haciendo desde fuera del Ejecutivo catalán. Según Junqueras, en una entrevista concedida a Efe. la posibilidad de que ERC pueda entrar en el Gobierno catalán presidido por Artur Mas después del verano para reforzarlo con vistas a la organización de la consulta del 9 de noviembre «es un tema que no está en ninguna conversación y que no está encima de la mesa».

Cospedal cree que mas está en vías de encontrar una salida

La secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, considera que posiblemente el presidente de la Generalitat, Artur Mas, esté en esa vía de encontrar una salida tras la situación en la que se ha colocado él mismo y su partido tras el rechazo del Gobierno a la consulta soberanista del próximo mes de noviembre. «Yo creo que es bueno, porque cuando uno tiene la responsabilidad de dirigir un gobierno tiene la obligación de ofrecer respuestas y no de crear problemas. Es la hora de dar alternativas a una situación que él mismo ha creado», argumentó en una entrevista concedida a Ep.