Elecciones
Tras las listas...la batalla por los escaños
En las elecciones generales españolas el Congreso de los Diputados se elige provincia a provincia. No existe una única circunscripción electoral, sino que se distribuyen los 350 escaños a elegir en 52 circunscripciones, una por provincia más Ceuta y Melilla.
En las generales de 2016 se repartían 32 y 36 escaños en Barcelona y Madrid, respectivamente, donde obtuvieron escaño PP, PSOE, Podemos con sus confluencias y Cs. En Barcelona también dos partidos independentistas. El precio de un escaño en las elecciones generales de junio de 2016 quedó fijado en 68.213 votos por escaño. Tan solo las dos grandes formaciones nacionales, PP y PSOE, así como las independentistas PNV y PDeCAT, en sus respectivos territorios consiguieron un escaño por menos de 70.000 votos de media.
El tercer partido de ámbito nacional, Podemos con sus confluencias, consiguió un escaño por cada 71.655 votos, mientras que el cuarto partido nacional, Cs, le costó cada acta de diputado 98.174 votos.
Hay 28 circunscripciones, de las 52 existentes, en donde en 2016 solo uno, dos o como mucho tres partidos consiguieron representación.
En Ceuta y Melilla solo 1 partido, mientras que en otras 12 circunscripciones; Soria, Teruel, Cuenca, Guadalajara, Ávila, Palencia, Segovia, Zamora, Salamanca, Cáceres, Orense y Ciudad Real, con 40 escaños en juego, solo accedieron a ellos los dos grandes partidos; PP y PSOE.
En 14 provincias, además del PP y PSOE solo otro partido alcanzó representación; Almería, Huesca, Albacete, Burgos, León, Lugo, La Rioja, Huelva, Jaén, Pontevedra, Navarra, Toledo, Badajoz y La Coruña.
Hay que tener en cuenta que Podemos llegó al 17,0% y Cs al 19,9% del voto, mucho más que el pronóstico actual para Vox.
Además, en 21 provincias se repartieron 192 escaños entre 4 partidos.
Solo los casos de Vizcaya, con un reparto entre 5 partidos, y Tarragona y Barcelona, distribuidos entre 6 partidos, superan los 4 partidos con representación.
El castigo que los menores de 45 años llevan practicando desde 2014 a las dos grandes formaciones nacionales, PSOE y PP, no solo no arregla los problemas del país, sino que los agrava.
La fragmentación del parlamento obligó a repetir las elecciones generales de 2015. Tampoco hubo una mayoría clara en las elecciones de 2016, prueba de ello fue el gobierno de Rajoy en minoría hasta mayo de 2018 y el de Sánchez que tuvo que recurrir a independentistas, incluso a Bildu, para llegar al poder, pero que finalmente no pudo sacar adelante los presupuestos generales del estado.
Ahora el 28-A tenemos una nueva cita con las urnas, la tercera en menos de tres años y medio. Son los años que lleva paralizado el país, el tiempo en el que no se abordan las soluciones mediante pactos de Estado a largo plazo.
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