Asturias

Un Comité Federal sin líneas rojas

«Será el discurso de Pedro y poco más», anticipa un socialista otrora crítico ante la cita de hoy en Ferraz.

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, junto al de Valencia, Ximo Puig, saludan ayer a unas militantes del partido en la Fiesta de la Rosa celebrada en Torrente (Valencia)
El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, junto al de Valencia, Ximo Puig, saludan ayer a unas militantes del partido en la Fiesta de la Rosa celebrada en Torrente (Valencia)larazon

«Será el discurso de Pedro y poco más», anticipa un socialista otrora crítico ante la cita de hoy en Ferraz.

No se espera contestación interna en el Comité Federal que celebrará esta tarde el PSOE y en el que Pedro Sánchez trasladará a los dirigentes y cuadros del partido su hoja de ruta para la moción de censura a Mariano Rajoy. «Será el discurso de Pedro y poco más», anticipa un socialista otrora crítico. No se prevé que este sector, preocupado por la posibilidad de que se cuente con los votos de los independentistas, verbalice su preocupación en forma de crítica pública. Al contrario, quienes tomarán la palabra lo harán para trasladar su apoyo al secretario general para explorar todas las opciones para impulsar un «gobierno limpio» y apartar al PP de las instituciones.

Pedro Sánchez podría utilizar la intervención ante las huestes socialistas para adelantar algo de su estrategia, plazos o contactos. La Mesa del Congreso calificará esta mañana la moción de censura del PSOE, esto es, verificará que cumple todos los requisitos formales para su tramitación y dará un plazo de dos días para la presentación de mociones alternativas. Con todo, la fecha del debate será en junio y pactada entre Ana Pastor y Sánchez. Mientras tanto, el candidato pondrá en marcha de manera inmediata una ronda de contactos con las formaciones políticas con representación parlamentaria para trasladarle los pormenores de la moción, pero sin la intención de «negociar nada». «No habrá contrapartidas, pediremos un voto por responsabilidad», apuntan desde Ferraz.

Será, por tanto, un Comité Federal muy diferente al que el 28 de diciembre de 2015 estableció las líneas rojas a Pedro Sánchez para llegar a La Moncloa. La misma expectativa de llegar al poder, pero un equilibrio de fuerzas interno totalmente diferente. Con un Sánchez cuyo liderazgo es indiscutible, nadie le podrá impedir llegar al poder de la mano de los partidos independentistas. No obstante, los recelos de 2015 y la situación de excepcionalidad en Cataluña siguen plenamente vigentes y hacen que depender de los soberanistas no sea el mejor escenario. En este sentido, desde Ferraz se aseguró a los territorios que no se alcanzarían pactos con ellos y se plantean poner tan «caro» al apoyo de los soberanistas, que éstos se vean obligados a votar en contra de la moción.

Todavía bajo la influencia de la derrota de las primarias, los barones críticos no quieren alzar la voz, prefieren orientarse en poner en valor un pacto con Ciudadanos, para evitar ser tachados de desleales y de querer poner palos en las ruedas de la nueva dirección. No obstante, sí se quejan de que se haya desvirtuado la naturaleza del Comité Federal, ya que antes era el máximo órgano de decisión del partido entre congresos y ahora se llevan las iniciativas ya presentadas solo para hacer el «paripé» y que sean «ratificadas sin oposición». La forma en que Sánchez ha procedido con la presentación de la moción de censura, al margen de la Ejecutiva, tomando las decisiones sólo con su núcleo duro también ha molestado en el PSOE.

La falta de oposición de quienes fueron sus rivales en las primarias ya se dejó ver esta semana. Susana Díaz, Javier Lambán (Aragón) o Javier Fernández (Asturias), entre otros, salieron en público a mostrar su confianza en la estrategia de Sánchez. «Confío en mis compañeros y estoy convencida de que ellos siempre van a tomar la mejor decisión pensando en nuestro país y en la responsabilidad que ha tenido siempre el PSOE», señaló la presidenta andaluza. Eso sí, no sin antes apuntar que Sánchez no había compartido con ellos la estrategia.