Renovación del TC

Un TC de mayoría conservadora responderá al desafío soberanista

El Ejecutivo y el CGPJ culminan la renovación y dejan el equilibrio de fuerzas siete a cinco. Los «progresistas» dieron la espalda a Conde-Pumpido pese a sus intentos por lograr la designación

José Antonio Xiol, Santiago Martínez Vares, Enrique López (izda) y Pedro González Trevijano Sánchez
José Antonio Xiol, Santiago Martínez Vares, Enrique López (izda) y Pedro González Trevijano Sánchezlarazon

El Gobierno y el CGPJ han completado hoy la renovación del Constitucional con el nombramiento de Enrique López, Pedro González-Trevijano, Santiago Martínez Vares y José Antonio Xiol.

La tortilla se ha dado la vuelta en el Tribunal Constitucional. El Boletín Oficial del Estado publicará hoy los nombramientos de Juan Antonio Xiol, Santiago Martínez-Vares, Enrique López y Pedro José González-Trevijano como nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, en sustitución de Pascual Sala -hasta ahora presidente-, Ramón Rodríguez-Arribas -vicepresidente-, Manuel Aragón y Pablo Pérez-Tremps. Xiol, presidente de la Sala Civil del Supremo, y Martínez-Vares, magistrado emérito de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de ese mismo tribunal, han sido designados por el Consejo General del Poder Judicial; mientras que López, magistrado de la Audiencia Nacional, y Trevijano, rector de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, acceden por designación del Gobierno.

Con esta renovación –llevada a cabo en el plazo previsto y sin retraso–, el máximo garante de la Constitución gira en su «configuración» y pasará de tener una mayoría «progresista» a una «conservadora». Una vez que los recién designados tomen posesión de sus cargos, los designados con el aval del PP, o bien directamente por el Gobierno, contarán con siete de los doce magistrados que integran el Tribunal Constitucional, mientras que los propuestos por el PSOE pasarán a ser cinco, justo al revés de la composición que existía hasta ahora. Entre los designados por el Gobierno, el nombre de Enrique López no deparó ninguna sorpresa. De hecho, el PP ya puso toda la carne en el asador para que figurase entre los propuestos por el Senado, decisión que fue vetada de plano por el PSOE y por la Mesa de la Cámara, acuerdo que fue calificado de «fraudulento» por el entonces principal partido de la oposición. Tampoco causó sorpresa la inmediata reacción de los socialistas ayer, a las pocas horas de conocer que había sido designado para el TC. El portavoz de Justicia del PSOE en la Comisión de Justicia, Julio Villarrubia, no dudó en calificar de «sectario y partidista» el perfil de Enrique López y que este «devalúa el prestigio del TC y de los nombramientos» efectuados por el CGPJ. Nada nuevo, pues la oposición férrea a López viene de muchos años atrás, desde que era portavoz del Consejo y que ya se reiteró cuando el PP presentó su candidatura para ser elegido por el Senado.

En cambio, la designación de García-Trevijano sí causó una cierta sorpresa, sobre todo porque su nombre no salió a relucir ayer entre los posibles candidatos. Hasta ahora, su labor más conocida era la de investigador y docente de Derecho Constitucional. Es un firme defensor de la monarquía y de las instituciones democráticas, así como de la vigencia de la Constitución de 1978.

Tras el Consejo de Ministros, la Vicepresidenta Primera del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, justificó ambos nombramientos. Así, en relación con González-Trevijano, destacó su labor «educadora y docente» y explicó que es autor de «numerosas y extensas publicaciones» relativas al Derecho público y constitucional.

Sobre Enrique López destacó que se trata de un «jurista de reconocido prestigio y amplia trayectoria», que en 1990 se convirtió en «magistrado especialista en los órdenes civil y penal».

Al ser preguntada si no temen que, al igual que le ocurrió a Pérez Tremps que fue recusado por un artículo de prensa, Enrique López pueda ser recusado en no pocos temas por haber opinado en casi todos los temas clave, Sáenz de Santamaría alegó que todos los magistrados del TC tienen una «amplia trayectoria jurídica a sus espaldas, algunos en informes y otros en sentencias y todos ellos conocen que la abstención o, en su caso, de la recusación vendrá obligada por la Ley cuando se trate de fundamentar sentencias o recursos en los que hayan podido participar con anterioridad». También se felicitó de que las cuatro designaciones se hubiesen realizado en plazo. «La colaboración institucional ha funcionado», destacó al respecto. Respecto a los nombramientos efectuados por el GGPJ, no hubo sorpresas. En apenas media hora se despejaron las dudas y Santiago Martínez-Vares y Juan Antonio Xiol se convirtieron en los elegidos para sustituir en el Tribunal Constitucional a Pascual Sala y Ramón Rodríguez Arribas. Los dos contaron con un respaldo casi unámime de los vocales, ya que lograron 18 de los 21 votos.

Martínez-Vares, como ya adelantó este periódico el pasado miércoles, era quien concitaba más consenso dentro del denominado «grupo conservador», pero no unanimidad. Y así ocurrió ayer, toda vez que su candidatura fue avalada por siete de los nueve vocales del mismo, por el presidente, Gonzalo Moliner, y por todos los consejeros «progresistas», excepto uno de ellos. Lo mismo sucedió respecto a Juan Antonio Xiol, quien logró el mismo respaldo, fue el candidato «progresista» elegido finalmente por el que se inclinaron los seis vocales que se reunieron una hora antes del pleno.

Finalmente, existió un mayor consenso dentro de los considerados vocales «progresistas» que de los «conservadores». Entre los primeros, ocho de los nueve votaron a los dos candidatos que se habían consensuado antes del inicio del pleno y sólo Almudena Lastra respaldó al ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido, quien, precisamente, la nombró en 2007 fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado. Sin embargo, entre los «conservadores», los vocales Concepción Espejel y Claro José Fernández decidieron no sumarse al acuerdo y optaron por Ricardo Henríquez y Pumpido. En todo caso, en esta «batalla» que se ha suscitado en las últimas semanas en el CGPJ hay un claro perdedor: Cándido Conde-Pumpido, a quien prácticamente se le ha escapado el último tren para lograr una designación a la que aspiraba desde hace años.