¿Votaría usted con la resaca de la Nochebuena?

La falta de acuerdo abre la puerta a nuevos comicios en los puentes de diciembre... O peor: el día de Navidad

Parece improbable, que no imposible. Pero, después de siete meses de desgobierno, negociaciones sin frutos y diálogos que sólo han servido para repetir los clásicos «y tú más» o «¿qué hay de lo mío?», que a nadie le extrañe que haya que volver al colegio electoral en alguno de los dos puentes de diciembre. O lo que es peor... el día de Navidad. Sí, porque la falta de entendimiento entre los políticos –la exigencia más clara de los ciudadanos– parece poner en riesgo, de nuevo, la primera de las sesiones de investidura previstas, siempre, claro, que el Rey designe a un candidato... y que éste acepte.

De no ser así, comenzarían a correr los plazos y las nuevas fechas se pondrían sobre la mesa, entre ellas, las de los nuevos comicios que, si nadie logra ser presidente, podrían celebrarse como primera opción el 27 de noviembre. Y como última, el 25 de diciembre. Entre medias, dos puentes (el de la Constitución y el de Inmaculada), donde también podría caer este «Gordo» que serían las terceras generales en prácticamente un año y que elevarían el coste de todas ellas a más de 550 millones de euros. Un gasto en el que no sólo se incluye la celebración de las tres citas con las urnas, sino también las subvenciones de los partidos o los sueldos de los diputados y senadores.

Hay cinco posibles escenarios en el caso de que no se logre nombrar a un presidente. El primero, el más urgente como quería Mariano Rajoy, es el que incluye la investidura los días 2 y 3 de agosto y que, de no cumplir con su objetivo, obligaría a celebrar los comicios el 27-N.

El segundo pasa por celebrar el debate los días 9 y 10, lo que implicaría que, de no salir ningún elegido para hacerse cargo del país, las elecciones serían el 4 de diciembre, justo en el puente de la Constitución.

Otro puente entra en juego en la tercera opción: investidura el 16 y 17 de este mes y que, si es fallida, supondría una llamada a las urnas en el puente de la Inmaculada (11-D).

La cuarta sería la más «benévola», pues si el debate de investidura es el 23 y 24 de agosto y no hay presidente, la tercera fiesta de la democracia pillaría a los ciudadanos comprando el turrón: 18-D.

Y la menos atractiva, por no decir otra cosa: debate el 30 y 31 de agosto; ningún candidato presidenciable y cita con las urnas el 25 de diciembre, comiéndose el turrón comprado la semana anterior y, muchos, con la resaca de Nochebuena.