Murcia
Vox acepta volver a la casilla de partida en Madrid y en Murcia
Con el mismo modelo, sin firma a tres, que Abascal bendijo, y Espinosa de los Monteros vetó.
Con el mismo modelo, sin firma a tres, que Abascal bendijo, y Espinosa de los Monteros vetó.
Vuelta al punto de partida. Y parece que las cosas marchan bien, tanto que en el PP de Madrid, por ejemplo, señalan que no hay obstáculo para que la investidura de Isabel Díaz Ayuso pudiese estar lista la semana que viene, antes del Pleno de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Por medio Vox se lleva su cuota de protagonismo, pero también deja en evidencia importantes dosis de incoherencia. Porque la solución que parece ahora que puede ser la salida para el bloqueo tanto en Madrid como en Murcia es la misma que se activó la semana pasada para sacar adelante la candidatura de Fernando López Miras (Partido Popular) como presidente de Murcia, y que después de estar acordada, fue boicoeada desde la dirección de Vox pese a tener el aval de Santiago Abascal. Detrás del veto se intuyó la mano de Iván Espinosa de los Monteros y de Rocío Monasterio.
Las condiciones fijadas por ellos en el ámbito público fueron cambiando de forma y decayeron una tras otra, hasta que al final la negociación ha vuelto al punto inicial del desbloqueo, el acuerdo sobre un documento que Vox lea en el Pleno de investidura. De esta manera las dos partes enfrentadas, Cs y Vox, pueden seguir manteniendo su teatro. Vox puede «vender» que hay un acuerdo a tres, pero sin firma, sin foto con Rivera y sin tantas otras exigencias que hicieron circular durante la negociación. Sí se han sentado con ellos, pero nada más. Y esto en Murcia ya lo tenían, y pese a ello votaron en contra.
Ciudadanos dirá que el acuerdo que vale es el que lleva su firma, el pactado con el PP, pese a que se haya sentado a negociar, según ellos a «explicar», y hayan revisado y dado su aprobación al documento que lean los representantes de Vox en los Plenos de Madrid y Murcia.
Hasta aquí ya habían llegado en Murcia la semana pasada. Con un documento de diez puntos cerrado en las cinco horas de negociación a tres, en la que participó la dirección nacional del PP. Espinosa de los Monteros y su «hombre» en Murcia, Luis Gestoso, boicotearon lo acordado, aunque diez minutos antes de que se iniciara el Pleno Abascal mostrara su disposición a que la investidura saliera adelante con la abstención de su grupo. Los hechos han confirmado que los desmentidos no eran ciertos. Vox acepta ahora volver al punto de partida, en una semana en la que parece que la reunión de Pablo Casado con Abascal ha marcado un punto de inflexión en la estrategia de Vox de ir enlazando órdagos vacios de contenido, pero que les han permitido ganar espacio mediático. De hecho, antes del Pleno fallido de esta semana en la asamblea de Madrid, el PP y Vox llevaban semanas dedicados a un documento de trabajo. Díaz Ayuso se lo reenvió con sus cambios a Monasterio a finales de junio, y ésta no llegó ni a contestar. Ahora, al menos hasta ayer, su posición es que hay margen para avanzar sin firma y sin foto con Rivera.
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