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Zapatero cuestiona la reforma constitucional del PSOE

La Razón
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El ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero aseguró ayer en la clausura del seminario «Crisis institucional española: ¿amenaza u oportunidad?» celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander que las bajas calificaciones recibidas por los políticos y las instituciones en las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no son más que parte fundamental de un buen sistema democrático: la crítica. «En la respuesta de la calle no deberíamos ver ni una alternativa al sistema ni un riesgo para las instituciones. Cuando se ha estado al frente del Gobierno se sabe que la calle es un estímulo, que obliga más a los gobernantes».

Con tono pausado y sin hacer la más mínima crítica al Partido Popular ni a ninguno de sus dirigentes, Zapatero dijo que la alta participación en las elecciones celebradas durante la crisis demuestra que el sistema funciona. Lo mismo que el bipartidismo, que ha sido la respuesta que los españoles han dado en las urnas. «No voy a decir nada al PP; le deseo suerte».

Zapatero asegura entender la política «como un ejercicio de humildad, de escuchar a la gente. Me alejo de los que todos los días intentan dar lecciones». De ahí que el hasta hace año y medio presidente del Gobierno haya reducido al mínimo sus intervenciones públicas tras abandonar sus responsabilidades. Sólo al final del acto Zapatero se atrevió a dar algún consejo. «Cuando hables de tu país hazlo para ayudarlo. No puedo entender otra manera después de haber estado en la presidencia del Gobierno. He llevado la bandera tras de mí representando a mi país y siempre ha sido emocionante, de una intensísima responsabilidad».

«Lo grave es el paro»

Preguntado siempre por Antonio Hernández-Rodicio, director del curso, Zapatero considera que una reforma de la Constitución puede ser útil, aunque la exigencia de una mayoría cualificada hace muy difícil cualquier modificación. «No es la gran urgencia en cualquier caso. Lo grave es el paro, lo que más nos golpea, lo más dramático. Hemos acabado con el terrorismo, pero cada crisis que sacude a España acaba por disparar las cifras de desempleo».

El desafío soberanista de Artur Mas no faltó en el debate. «Mi opinión es que no va a llegar la sangre al río; no llegaremos a una situación extrema», e instó a «recuperar el diálogo y afectos». Además, el ex presidente del Gobierno consideró que el Ejecutivo catalán debería aplicar «lo que es propio de un partido como CiU, un partido europeísta, de tradición democrática y defensor de la Constitución».

Sobre el futuro de España, Zapatero está convencido de que la crisis se va a remontar, con una Europa más unida, porque, en su opinión, «el euro es un proyecto irreversible. Es una decisión política histórica y no tiene marcha atrás». No obstante, el ex presidente no escondió que gracias a la crisis de Grecia «tenía un defecto de fabricación».