Fernando Simón

Fernando Simón, el nuevo Che Guevara del progresismo

La cara visible de la pandemia se ha convertido en una especie de icono venerado por la izquierda que ya tiene camisetas, grafitis y hasta plazas en su nombre. El "business" ha comenzado.

Ilustración del director del Centro de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, caricaturizado como el Che Guevara.
Ilustración del director del Centro de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, caricaturizado como el Che Guevara.PlatónLa Razón

El problema es Fernando. Si la propuesta de la corporación municipal de Hinojos hubiera sido que la plaza se llamara Simón, a secas, cada vecino se la podría dedicar a quién más admiración le suscitara y asunto arreglado. Unos al vino. Otros a Bolívar. Quizá al apóstol. O, por qué no, habrá también quien aplauda la gestión del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) en esta pandemia. Pero que se llame Fernando Simón ya no deja margen. Y se ha levantado tal polémica en este municipio de Huelva, que pese a tener solo 4.000 habitantes, se ha hecho oír por todo el país. Porque una cosa es que se estampen camisetas con su cara y se la compre quien quiera –la marca que la comercializa, por cierto, es la preferida de los líderes de Podemos para disgusto de Carrefour– y otra muy distinta es que la plaza del ferial de Hinojos (Huelva) lleve el nombre de una figura tan politizada y controvertida, elevada incluso a héroe nacional por ciertos sectores de la izquierda. O le adoras o le detestas. No caben medias tintas con él, eso está claro.

Tantos titulares ha dado el enredo, que el alcalde, el socialista Miguel Ángel Curiel, ha tenido que salir al paso para templar ánimos. En una entrevista telefónica con LA RAZÓN, cuenta que se trata tan solo de una idea entre muchas otras que se barajan y que todavía ni siquiera se ha redactado una propuesta en firme. «Todo comenzó con una conversación informal entre los concejales, en la que se planteó dedicar esta plaza a los héroes de esta crisis, con especial énfasis a los de nuestro municipio. Se barajaron varios nombres, como el de Fernando Simón, pero también otras opciones como plaza de la Concordia y plaza Covid-19. En el lugar había varias personas externas y se filtró, pero tan solo era una idea», asegura. El proyecto para la plaza en cuestión, un hexágono de cemento rodeado de árboles situada entre las calles Las Laderas y la Alquería, es que «cada una de las caras esté dedicada a los colectivos que más han hecho por el pueblo: los sanitarios, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; las 40 costureras de Hinojos que llegaron a elaborar hasta 100.000 mascarillas; las personas que han padecido el virus; empresas que han hecho donaciones; y cómo no, el pueblo de Hinojos». En el centro «se colocará una estatua de un niño y su abuelo» pero «ni siquiera hay un presupuesto aprobado», recalca Curiel.

Aunque el alcalde diga que llamarla Fernando Simón es solo una de las opciones, lo cierto es que el Consistorio llegó a enviar una carta al epidemiólogo para contar son su aprobación. «Pero lo mismo se ha hecho con el resto de personas que queremos que aparezcan en la plaza», apostilla el alcalde, que por el revuelo generado, prefiere no dar su opinión acerca del director del CCAES. Ante las críticas del líder de la oposición, –el PP local le acusa de buscar el beneplácito del sanchismo tras haberse declarado en un inicio susanista–, Curiel se limita a decir que «esto es un debate puramente municipal» y que lo «único que quiero es que el pueblo esté a gusto en su plaza».

«Mejor a los sanitarios»

Entre los vecinos hay división de opiniones, pero ante tanta polvareda, muchos ya no creen que prospere la idea de dedicar el hexágono de cemento al zaragozano. «Es que no sé qué ha hecho a parte de hacer su trabajo», opina Rosario Guzmán. Esta vecina de Hinojos asegura que por su negocio pasa todo el pueblo y que este tema ha generado mucha controversia. «La mayoría no está de acuerdo porque es una persona que, simplemente, ha hecho lo que le tocaba». «Preferimos que se dedique a los sanitarios y las víctimas en general», admite. Pese a que Fernando Simón ha tratado siempre de dar una imagen de hombre sencillo y frugal, que rehúye de la fama y el reconocimiento, su trabajo incansable día tras día le ha convertido en la imagen más representativa de esta crisis sanitaria, económica y, por supuesto, social. Se hacen camisetas con su cara, le piden autógrafos, los humoristas parodian sus intervenciones y su representativa voz ronca. Corre el riesgo Fernando Simón de que le pase lo que al Che Guevera, el revolucionario marxista convertido en el mayor icono capitalista del siglo XX, que lo mismo aparece estampado como le retrató Korda en mecheros y camisetas, que inspira a Madonna para la portada de su noveno disco. Solo basta comparar su posado en American Life con la fotografía Guerrillero Heroico. La mitomanía por el doctor Simón, de momento, no ha traspasado fronteras ni ha servido de inspiración a la Reina del Pop. Si al grafitero de Alcorcón Basket Of Nean, que ha retratado al epidemiólogo junto a la placa de la plaza San Simón, de Lavapiés (Madrid), como «un santo que nos cuida». Por algo se empieza. Más allá estaba dispuesto a ir el alcalde del pueblo de El Bonillos, situado en la Albacete. El también socialista Juan Gil, no solo quiere dedicar un pequeño parque al Doctor Simón. Pretendía coronarlo con un busto de su imagen. Consciente de que es una figura «que lo mismo desata pasiones que recelos», ha reculado y ahora está dispuesto a negociar con el principal partido de la oposición, el PP, la retirada de la escultura cuando se vote la propuesta en el pleno municipal del lunes. «Creo que dedicarle una plaza es un acto de justicia, por su manera de informar, sosegada, sin aspavientos, tranquila... Es un experto virólogo que nunca ha buscado protagonismo», declara Gil a este diario. Insiste el edil en que su intención no es abrir enfrentamientos, porque «en mi pueblo hay una calle que se sigue llamando Patronato, se le quitó la coletilla de Francisco Franco por la Ley de Memoria Histórica, pero no se eliminó del callejero». «Hay que restañar heridas, no crearlas», defiende.