Psicología

Los efectos de la fotografía terapéutica

Busca la salud, el bienestar y el crecimiento de las personas mediante el uso o creación de imágenes, y convirtiéndose en una herramienta poderosa y eficaz para acompañar procesos de autoconocimiento y desarrollo personal.

Busca la salud, el bienestar y el crecimiento de las personas mediante el uso o creación de imágenes, y convirtiéndose en una herramienta poderosa y eficaz para acompañar procesos de autoconocimiento y desarrollo personal.
Busca la salud, el bienestar y el crecimiento de las personas mediante el uso o creación de imágenes, y convirtiéndose en una herramienta poderosa y eficaz para acompañar procesos de autoconocimiento y desarrollo personal.PIXABAY

¿Quién no lleva encima un teléfono móvil con cámara de fotos integrada? ¿Cuántas fotos tomamos al cabo de un año ya sea con estos dispositivos o con cámaras fotográficas de diferentes estilos? Vivimos en una especie de “sociedad de la imagen” en la que la fotografía juega un papel fundamental.

Pero esta disciplina puede aportarnos una serie de beneficios que van más allá de los propios del “postureo” o la estética superficial. Y es que la fotografía como herramienta terapéutica puede mejorar nuestra salud, bienestar y crecimiento personal mediante el uso o creación de imágenes. ¿De qué maneras? De algunas tan simples como potenciar nuestra creatividad, mejorar nuestros niveles de paciencia o hacernos más conscientes de nuestro yo interior.

Así lo constata Marta Vázquez, fotógrafa especializada en fotografía terapéutica y coach transpersonal, quien incide en que se trata de un proceso terapéutico o de autodescubrimiento que podemos iniciar de manera casi inmediata. Esto se debe fundamentalmente a que hoy en día tenemos total acceso a cualquier tipo de cámara y , además, las pantallas de éstas nos muestran el resultado un segundo después de haber hecho click, sin necesidad de pasar por procesos de revelado.

«La fotografía puede ser terapéutica» Seguramente esta afirmación pueda revelar un nuevo uso o beneficio para una de las acciones más realizadas cada día en el mundo. Millones de fotografías son subidas a las redes sociales con el simple propósito de mostrarnos ante él o enseñar los productos y servicios que hace unos años ocupaban las páginas de publicidad en diarios y otros medios de comunicación.

Pero volviendo a la afirmación sobre ese carácter terapéutico, la fotografía abre una gran puerta a nuestro mundo interior como herramienta de autoconocimiento y desarrollo personal, permitiéndonos establecer un diálogo profundo con nosotros mismos, explorar, descubrir, expresar…

La fotografía como herramienta terapéutica persigue la mejora de nuestra salud, el bienestar y el crecimiento de las personas mediante el uso o creación de imágenes. Porque, si lo analizamos detenidamente, nuestro pensamiento, ya sea pasado, presente o futuro, se sustenta en imágenes. Además, tiene un gran poder:  va más allá de las palabras y nos lleva a niveles más profundos, conectándonos emocionalmente, y favoreciendo la comunicación con nosotros mismos y con el exterior.

Todo ello se logra, además, de una manera casi inmediata gracias a la gran cantidad de dispositivos con los que contamos actualmente. Así lo explica Marta Vázquez, fundadora de“Marcando el Norte” y fotógrafa especializada en fotografía terapéutica y coach transpersonal. «En los últimos tiempos la fotografía se ha convertido en una herramienta accesible e inmediata; accesible porque, por ejemplo, en nuestros móviles tenemos una cámara perfectamente válida para iniciar un proceso terapéutico o de autodescubrimiento. E inmediata porque podemos ver en la pantalla y al instante el resultado después de haber hecho click, sin necesidad de pasar por procesos de revelado» .

En resumen, la fotografía puede ser terapéutica tanto en el acto de fotografiar como en el momento de visionar las fotografías, ya sean obra nuestra o de otros. Aunque son múltiples los beneficios que esta disciplina puede generarnos tanto a nivel interior como de cara al mundo que nos rodea, Marta Vázquez nos resume los principales.

7  Beneficios de la fotografía terapéutica.

1. Nos sitúa en el “ahora”.

Cuando el momento de tomar una fotografía se convierte en un ejercicio de consciencia, de conexión profunda, de presencia plena… la fotografía nos invita a estar más presentes en nuestra realidad, a vivir y sentir el ahora.

De esta manera nos acercamos al mundo de una forma nueva, ya que poniendo la consciencia en la mirada podemos darnos cuenta de la cantidad de estímulos que tenemos a nuestro alrededor, lo cual nos permite empezar a cultivar ese “darnos cuenta”  de con qué/quién conectamos... Podemos conseguir apagar el ruido (exterior e interior) poniendo atención sobre lo que miramos.

2. Facilita nuestro autodescubrimiento.

Cuando observamos las fotografías que nosotros mismos hemos tomado podemos darnos cuenta de muchas cosas, pues sobre ellas proyectamos muchos aspectos internos. Tomamos muchas decisiones en el momento de tomar una fotografía: ¿qué llama mi atención?, ¿qué quiero fotografiar?, ¿qué dejo fuera del encuadre?, ¿con qué luz?, ¿con qué ángulo?… todos estos aspectos nos aportan mucha información sobre quiénes somos y cuál es nuestra perspectiva de la vida.

Lo mismo sucede con las fotografías que no son obra nuestra, ya que en ellas también podemos  proyectar aquello que tenemos dentro. En ellas vemos lo que somos.

«Las fotografías despiertan en nosotros emociones, pensamientos… nos provocan, nos conectan, las dotamos de un significado. Gracias a ello podemos darnos cuenta de lo que acontece en nuestro interior, trayendo al consciente lo que estaba en el subconsciente. En definitiva, la fotografía abre un espacio para explorar, transformar y crecer» añade la fotógrafa.

3. Estimula la creatividad...

La fotografía estimula nuestra creatividad. Sacar una foto requiere que pongamos  a trabajar nuestro cerebro y que lo saquemos de la rutina del día a día.

«Es aconsejable que antes de tomar una foto te fijes en los elementos que la van a componer, e imagines cual será el resultado final o qué alternativas tienes en cuanto a ángulos, luminosidad, fondo, etc... » afirma Marta.

4.  … y nuestra curiosidad.

La fotografía nos impulsa a desarrollar la curiosidad, a mirar (y mirarnos a nosotros mismos) con ojos curiosos, recuperando la capacidad de asombrarnos, descubriendo la belleza en lo cotidiano y ejercitando la gratitud ante lo que acontece en la vida.

En un paseo fotográfico podemos empezar a darnos cuenta de qué miramos y cómo miramos, qué llama nuestra atención, qué nos hace vibrar… Puede ser el indicio para descubrir nuevos gustos o aficiones.

5. Favorece nuestro empoderamiento.

En este punto debemos hablar del autorretrato.  A través de este tipo de fotografía podemos trabajar en nuestro autoconcepto, experimentar otras formas de nuestro yo a través de nuestro cuerpo para manifestar caras ocultas y reconstruir nuestra identidad. El autorretrato nos permite comenzar a vernos de una forma nueva y fomenta en nosotros la aceptación y la autoestima.

6. Permite comunicarnos sin necesidad de utilizar palabras.

En algunas ocasiones, o para determinadas personas, comunicarnos verbalmente puede resultar difícil, pero la fotografía puede contribuir a expresarnos con mayor facilidad.

«A través de ella podemos comunicar aquello que nos es difícil expresar con palabras, canalizar emociones contenidas o crear nuestra propia narrativa visual» concluye la especialista.

7. Nos integra socialmente.

Al hilo del punto anterior, la fotografía es una gran herramienta socializadora, una excelente excusa para compartir nuestra pasión con otras personas y descubrir, además, la perspectiva que estas tienen del mundo que nos rodea.