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Mi bebé mancha los pañales de naranja: ¿Qué le pasa?

No es extraño que durante los primeros días de vida aparezca una mancha anaranjada en el pañal

Bebé recién nacido cambiandole los pañales
Bebé recién nacido cambiandole los pañalesDreamstimeDreamstime

Si eres madre o padre reciente y has notado que tu bebé mancha los pañales con un color anaranjado, es normal preocuparse. Sin embargo, esta situación es más común de lo que parece y, en la mayoría de los casos, no indica ningún problema grave. Se trata del infarto de ácido úrico del recién nacido, un fenómeno fisiológico habitual durante los primeros días de vida.

La causa de esta coloración anaranjada es la excreción de cristales de urato amorfo en la orina del bebé. Estos cristales pueden aparecer debido a varios factores normales durante el periodo neonatal:

  • Alta concentración de orina: En los primeros días, los recién nacidos orinan con frecuencia pero aún toman cantidades pequeñas de leche, lo que puede generar una leve deshidratación. Esto concentra la orina y favorece la aparición de los cristales.

  • Consumo de calostro: El calostro, la primera leche materna, es altamente nutritivo pero se produce en pequeñas cantidades. Además, puede hacer que la orina sea más ácida, lo cual también promueve la formación de estos cristales.

¿Qué hacer si veo manchas anaranjadas en el pañal de mi bebé?

Ante todo, no te alarmes. Lo más importante es mantener la lactancia materna a demanda y asegurarse de que el bebé esté comiendo regularmente. A medida que el recién nacido comienza a tomar mayores volúmenes de leche, las manchas naranjas deberían desaparecer por sí solas.

Aunque estas manchas no suelen ser preocupantes, es recomendable contactar con el pediatra si observas alguno de estos signos:

  • El bebé parece no alimentarse bien o rechaza las tomas.

  • Notas que el recién nacido no gana peso o está demasiado somnoliento.

  • Las manchas anaranjadas persisten más allá de la primera semana de vida.

Ver pañales manchados de naranja puede asustar, pero en la mayoría de los casos se trata de una condición temporal y fisiológica. El infarto de ácido úrico es un signo de adaptación del cuerpo del recién nacido y suele resolverse sin intervención médica. Aun así, la observación cercana y el seguimiento con el pediatra son claves para la tranquilidad de la familia y la salud del bebé.