Día Internacional de la Mujer

El papel de las mujeres en las relaciones entre la India y Gran Bretaña en época colonial

Pilar Tejera publica un libro que recoge la historia de mujeres tan fascinantes como Lady Mountbatten

Portada del libro
Portada del librolarazon

Pilar Tejera ha querido mostrar en un precioso libro esta relación de ambos países a través de la figura de la mujer en la obra Casadas con el imperio. La india británica con acento de mujer (Editorial la Esfera de los libros). Es la historia de las mujeres victorianas que acompañaron a sus esposos a la India británica.

La historia de la India pasa inexorablemente por su relación con Gran Bretaña y su permanencia al Imperio durante 300 años, concretamente desde el siglo XVII si bien no fue una relación de colonia frente a otro estado propiamente dicho hasta la época Victoriana y que duró hasta la independencia del país en 1947. Esta fructífera relación entre ambos países ha dado como fruto infinidad de intercambios pero quizás lo más llamativo resulte la ingente cantidad de películas y libros que reflejan la época victoriana.

Pilar Tejera ha querido mostrar en un precioso libro esta relación de ambos países a través de la figura de la mujer en la obra Casadas con el imperio. La india británica con acento de mujer (Editorial la Esfera de los libros). Es la historia de las mujeres victorianas que acompañaron a sus esposos a la India británica. Pintoras, escritoras, maestras o simples esposas como Eliza Fay, Maria Graham, Ruth Coopland, Charlotte Canning, Flora Annie Steel, Edith Lytton, Violet Jacob, Mary Curzon o Edwina Mountbatten, la última virreina, ayudaron a mantener a flote el Imperio británico con su mano izquierda y su curiosidad y nos dejaron un maravilloso legado: sus palabras.

Las protagonistas de este libro recorrieron el continente con sus oscuros y pesados vestidos abotonados hasta el cuello, sin perder la compostura a pesar del cansancio o el calor. Se arremangaron las faldas para subir a lomos de un elefante, pusieron a prueba la paciencia de los funcionarios británicos, abrieron escuelas y hospitales, se enfrentaron a los marajás, disfrutaron de los atestados mercados de Calcuta o Bombay.... «Todas ellas son espejismos en lugares insólitos, seres fantásticos en paisajes irreales. Mujeres todas ellas que, sin ser dueñas de su propio destino, buscaron la forma de modelarlo a sus necesidades. Mujeres que no permanecieron de brazos cruzados y que superaron sus miedos iniciales y las circunstancias que les tocó vivir», dice Pilar Tejera.

Lady Mountbatten, última virreina de la India con su esposo Lord Mountbatten

Y es que hubo un tiempo en el que los viajes y el romanticismo se daban la mano. Los hombres botaban sus canoas, subían a la grupa de caballos o simplemente se ponían a caminar, y a su paso el mundo iba desvelando gentes y lugares que habían permanecido hasta entonces ocultos. Fue el tiempo en que las corbetas ligeras, los navíos otomanos, las goletas portuguesas o venecianas llenaban el mar con el blanco de sus velas. Hubo un tiempo en el que las geografías se fueron ensanchando, un tiempo dominado por las cartas escritas en papel, por los pesados baúles, las despedidas, los mosquiteros, los sueños... Nos asomamos con cautela tras el teln donde se oculta esta gran gesta. Atisbamos barcos arribando a las costas de Cochín o de Bombay hace más de cuatrocientos años, vislumbramos una tierra desconocida, lejana y misteriosa. La Compañía de las Indias Orientales, los marajás, los elefantes bellamente engualdrapados, las especias, los templos y palacios aparecen como figurantes de ese gran decorado. Avanzamos por un vasto mapamundi basado en la hegemonía marítima, en la política de alianzas y en la consolidación de los vastos dominios geográficos y políticos a escala mundial. Algo confundidos, vamos deshilvanando los entresijos de la Joya de la Corona, los secretos nunca contados de la política colonial británica, descubrimos el ferrocarril, el algodón, la nuez moscada y el yute entre pactos coloniales y una fina red de intereses comerciales. Soldados con guerreras escarlata avanzan a la carga, mientras a las cinco de 18 casadas con el imperio la tarde sirvientes tocados con turbante sirven el té a las jóvenes memsahibs. Las danzarinas hacen sonar sus pulseras de plata mezclándose con niños de ojos profundos. Nos topamos de bruces con los románticos paisajes del Rajastán, con el boato de los rajás, con la hambruna del pueblo, con el calor, los insectos, la amenaza de las epidemias, las intrigas de la East Indian Company, con el monzón, con el sistema de castas, las cremaciones y los bungalós coloniales. «Para muchas de ellas supuso un camino sin retorno, para otras resultó el mismísimo infierno»

El libro trata de manera en profundidad el papel de la mujer que fue un amortiguador del choque cultural entre Occidente y la India.

Conocemos el aspecto más humano de la India británica gracias a las mujeres.

Las europeas destinadas a la India fueron, en muchos casos, el «daño colateral» de la política colonial británica.

La India fue la gran oportunidad que la mujer victoriana necesitaba para mostrar al imperio su valía.

El imperio británico se llevó muchos secretos inconfesables al dejar la India.

El imperio puso las armas y los ejércitos, pero fue la mujer quien conquistó el corazón de la India.

Las viajeras no tardaron en descubrir que no llegaban a otro país sino a otro planeta.

Para el Imperio, la clave, el vehículo para comunicarse con la India, fueron las mujeres.

Lo de Edwina Mountbaten y Nehru fue una atracción inconfesable. Resulta curioso que la mujer más poderosa del planeta en el siglo XIX hiciera tan poco por mejorar la calidad de vida de sus coetáneas, por otorgarles mayores derechos, mayor consideración a ojos de los hombres y de la sociedad en general. La India, fue un claro ejemplo de ello.