Embarazo
Los trastornos mentales asociados al embarazo
Un estudio del King´s College de Londres revela que una de cada cuatro mujeres los padece
Se hace imprescindible tomarse muy en serio, no ya la crianza con apego seguro, sino la atención psicológica constante a aquellas mujeres con riesgo de padecer estos trastornos mentales ya que es una cuestión profundamente importante salvarlas de sus propios demonios por ellas pero también por los hijos que van a cuidar y que de su salud mental dependerá también el futuro de esos niños que algún día serán adultos.
Mucho se habla, y más últimamente gracias a la labor de entidades como el Instituto Europeo de Salud Perinatal a cuyo frente están Isabel Fernández del Castillo, periodista especialista en temas de salud perinatal y la psiquiatra infantil Ibone Olza.y otras, de las depresiones asociadas al postparto. Unos trastornos que en ocasiones pueden llegar a ser muy severos llevando a la madre a ser incapaz, literalmente, de hacerse cargo de su bebé. Rechazo de su propio hijo, llanto constante, desgana por todo, pensamientos suicidas o de hacerle daño al bebé...las depresiones postparto severas son un tema muy peliagudo que necesitan la atención de un psiquiatra que valore la necesidad farmacológica para ser tratadas puesto que la primera que lo sufre es la mujer y, desde luego todo su entorno empezando por el bebé que ha llegado al mundo para ser querido y se encuentra con una madre incapacitada para hacerse cargo de él.
Pero también existen las depresiones en el embarazo y se sabe, por ejemplo, que si estas se dan, la posibilidad de tenerla en el postparto, aumenta. No es una cuestión baladí, por tanto, si se observa en el entorno de la madre que algo no va bien.
Tal y como explica elInstituto Europeo de Salud Perinatal en su página, “si bien el embarazo es un momento feliz para muchas mujeres, no todas experimentan dicha felicidad. Y citan al estudio del King´s College de Londres que revela que una de cada cuatro mujeres padece trastornos de salud mental durante el embarazo. Con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIH), los investigadores hicieron el seguimiento con 545 embarazadas (mayores de 16) a las que se les planteó un par de preguntas (Whooley) formuladas por las matronas. En concreto las preguntas fueron:
-¿En el último mes te has sentido baja de ánimo, deprimida o desesperanzada?
-¿Has experimentado falta de interés o de placer en hacer las cosas?
Los resultados arrojados fueron que el 11% tenía depresión, el 15% ansiedad, un 2% trastornos alimentarios y otro 2% trastornos obsesivo-compulsivos. Algunas de ellas reunían más de uno de los criterios. Es decir, de cada 100 embarazadas, 30 tenía algún problema relacionado con el buen funcionamiento de la salud mental. Sin duda una cifra alta. En dicho estudio, además, se compararon los resultados de esas preguntas con el famoso cuestionario de Edimburgo, esto es un completo test que se usa para valorar la depresión postparto.
La autora del estudio, Louise Howard, llegó a la conclusión de que “si las mujeres acuden a consulta con frecuencia durante el embarazo, es más sencillo detectar en esas visitas, cualquier trastorno de salud mental”. Claro que para que eso suceda, aclaró, “Tiene que haber un profesional de la salud comprensivo, que no juzgue, que debe preguntar a las mujeres sobre su bienestar emocional”.
Y es que, aunque buena parte de la población no lo vea, los cambios hormonales que suceden en la gestación pueden afectar a la salud mental de la gestante. Ibone Olza, una de las psiquiatras más experimentadas en España sobre asuntos depresivos derivados de la maternidad, de hecho recuerda en uno de sus numerosos artículos sobre la salud perinatal que “desde el punto de vista psíquico, el embarazo se caracteriza por una creciente sensibilidad emocional y una necesidad de revisar y comprender los vínculos primarios (infancia) para poder vincularse afectivamente con el recién nacido. Cita a su colega francesa Monique Bydlowski, cuya experiencia de treinta años con embarazadas y puérpera la avala, como la autora del término: “Transparencia psíquica” como aquél que define el estado psíquico que se desarrolla de forma gradual hasta alcanzar un grado de sensibilidad creciente durante el embarazo y sobre todo al final.
Según dicha psiquiatra gala “la transparencia psíquica se caracteriza por un resurgir de recuerdos del pasado que afloran de lo inconsciente a lo consciente”. O, dicho de otra manera, si la gestante ha tenido una niñez feliz será más probable que su gestación será más placentera mientras que su hablamos de una gestante con profundos traumas infantiles, el embarazo podrá disparar unos sentimientos de tristeza que deriven incluso en una necesidad de interrumpir el embarazo o en una angustia o depresión muy severa.
Por lo tanto se hace imprescindible tomarse muy en serio, no ya la crianza con apego seguro, sino la atención psicológica constante a aquellas mujeres con riesgo de padecer estos trastornos mentales ya que es una cuestión profundamente importante salvarlas de sus propios demonios por ellas pero también por los hijos que van a cuidar y que de su salud mental dependerá también el futuro de esos niños que algún día serán adultos.
Sheramy Tsaies enfermera, consultora de lactancia materna, escritora y madre de cinco hijos.
Fuente: One in four women suffer from mental health disorder during pregnancy e instituto Europeo de Salud Perinatal
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