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Psicología

Mujeres desenamoradas (de sus parejas), madres enamoradas de sus hijos

Una investigación del Centro de Regulación Genómica de Barcelona revela que las madres enamoradas de sus hijos tienen desactivada la zona del cerebro encargada de emitir juicios y hacer evaluaciones objetivas de lo personal, pierden el enfoque de la evolución de tus hijos al menos cuando se trata de niños de 1 a 10 años.

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Una investigación del Centro de Regulación Genómica de Barcelona revela que las madres enamoradas de sus hijos tienen desactivada la zona del cerebro encargada de emitir juicios objetivos y pierden el enfoque de la evolución de los niños.

Nosotras las mujeres-madres, podemos correr el riesgo de que cuando estamos o nos sentimos muy solas o poco queridas y/o admiradas, desplazamos nuestro corazón “demasiado cerca” de nuestros hijos para auto-compensarnos. Existen momentos de crisis matrimoniales que pueden llegar a favorecer este tipo de desplazamiento del corazón nos lleva a pasar de “querer mucho a los hijos” a “enamorarte de ellos...” de una manera tan absorbentemente insólita que con ello podemos llegar a compensar y/o paliar los efectos de una mala comunicación matrimonial o los desafectos de una crisis matrimonial.

Según ha explicado la neurobióloga Mara Dierssen, investigadora del Centro de Regulación Genómica de Barcelona en un estudio las madres enamoradas de sus hijos tienen desactivada la zona del cerebro encargada de emitir juicios y hacer evaluaciones objetivas de lo personal, pierdes el enfoque de la evolución de tus hijos al menos cuando se trata de niños de 1 a 10 años. Cuando las madres ofrecen muestras de cariño proporcionadas, sí les están dando a sus hijos un “escudo” frente a posibles enfermedades físicas y mentales. Los niños queridos correctamente desde la estabilidad emocional de su padres son más sanos, estables, extrovertidos y con mejores resultados escolares, en definitiva mas felices a corto y medio plazo porque crecen desde la estabilidad del mundo de intimidad de adultos que les rodean

Pero cuando una madre se enamora de su hijo más que de su marido o cuando un padre-varón se mantiene deliberadamente invisible en la relación con su hijo/a, escudándose en que ya su madre le quiere “por los dos”, lo que ocurre en ambos casos es que nuestros hijos no aprenden a distinguir la distancia emocional que debe de haber entre el amor matrimonial y el amor filial en su propia familia, es el amor vivido desde dos planos diferentes y por ello mismo tampoco entienden cual es su papel como hijos y como deben implicarse entre el amor de sus padres y el amor que están recibiendo de sus mismo padres hacia ellos como sus hijos.

Si te entusiasma e ilusiona más estar con tus hijos que con tu marido, debes repasar los puntos de admiración que tienes por el padre de tus hijos y así poder intentar recuperar con la objetividad necesaria, la voluntad de querer volver emocionarse, con tu propio matrimonio por el bien del resto de tu familia y que son principalmente tus hijos.

En definitiva:

“Lo mas importante para ti, NO es solo y primero la felicidad de tus hijos.”

“Lo mas importante para la felicidad de tus hijos es primero la felicidad del otro. Si lo que de verdad quieres es la felicidad de tus hijos, quereros vosotros más y mejor primero”

Cuando las madres se enamoran demasiado de sus hijos hasta el límite de anular la figura educativa y afectiva del padre, hacen que sus hijos crezcan huérfanos de madre y de padre vivos y conocidos, y eso si que no les hace nada pero que nada... felices durante el resto de sus vidas.

Sara Pérez Tomé es psicóloga desde hace 30 años en Sophya y además es madre de 11 hijos.