Familia

¿Por qué deberías hacer un curso pre-matrimonial (aunque tu boda sea por lo civil)?

Al éxito matrimonial no se llega por voluntarismo o por gracia sacramental solo sino también por habilidades humanas en la comunicación verbal

Antes de dar el paso del matrimonio conviene conocer aspectos fundamentales de la vida del otro/UNSPLASH
Antes de dar el paso del matrimonio conviene conocer aspectos fundamentales de la vida del otro/UNSPLASHlarazon

Antes, cuando todo el mundo se casaba por la iglesia, todos pasaban por los cursos matrimoniales. Ahora que los matrimonios civiles son mayoría, muchos dejan de hacer ese curso. ¿Se puede hacer de manera laica? Te lo contamos.

Chico conoce chica y se gustan. Comienza un flirteo con citas. Un día un cine, otro una cena, otro una salida a una ciudad cercana para pasar el día...y así se van sucediendo los días, las semanas y los meses y dicha pareja se va conociendo. Esto es lo que se conoce como un noviazgo tradicional que puede terminar, o no, en boda.

Por supuesto hay muchos ejemplos pero la mayoría de las personas que llegan a casarse suelen tener detrás un espacio de tiempo (unos más largos que otros) donde se conocen. Sin embargo, ¿qué es conocerse? El verdadero conocimiento de la persona implica convivencia, pasar problemas juntos y superarlos, pero antes de dicha convivencia, ¿se puede conocer al otro? Sí, mediante las conversaciones que importan. ¿Y cuáles son esas?

En el conocimiento que el tiempo nos da podremos saber mucho de la pareja, aspectos más superficiales como sus gustos culinarios, su estilo de vida, o más profundos como aspiraciones vitales.

Hay conversaciones que son muy necesarias desde el punto de vista de la necesidad de la profundidad psicológica y que, de no hacerse, se pueden tener sorpresas en el matrimonio. Por ejemplo, qué tipo de matrimonio espera tener uno, si se tiene un concepto de él para siempre, un compromiso estable o es un mero trámite porque “todo el mundo lo hace” o “porque así aprovechamos para hacer una fiesta y con los regalos nos ponemos el piso”. Es importante hacerse preguntas sobre si queremos tener hijos o, por el contrario, no tenerlos. Si deseamos evitarlos. Qué haremos si en un embarazo nos dicen que nuestro hijo viene con un problema grave...

Los hijos, una fuente de discusión...si no estamos de acuerdo en los aspectos básicos

Casi ninguna pareja acierta con sus expectativas con respecto a los hijos. Una cosa es lo que pensamos que haremos cuando seamos padres y otra, lo que haremos cuando de verdad lo seamos. El refrán “donde dije digo, digo, Diego” se suele aplicar de manera muy común en estas cuestiones. Si bien es verdad que en materia de aspectos claves no modificaremos nuestra forma de pensar nunca, sí que es cierto que nuestros propios hijos y su forma de ser harán que nos movamos en una escala de colores más bien amplia donde lo blanco nunca es solo blanco ni lo negro solo negro.

¿Se preguntan las parejas en el noviazgo qué educación religiosa o espiritualo ninguna de las dos le van a dar a sus hijos? Si ambos son ateos, o creyentes, o creyentes que no practican, no habrá mucho motivo de disputa pero si uno es una cosa y el otro, otra, sería importante hablar de esto antes de dar el paso.

Antes, cuando todo el mundo se casaba por la iglesia, todos pasaban el filtro de los cursillos prematrimoniales donde se abordaban muchas cuestiones vitales para el matrimonio. Pero la sociedad hoy ha cambiado y una abrumadora mayoría lo hace por lo civil. Sin embargo el hecho de no pasar por la vicaría no invalida la utilidad de los cursos. Lógicamente desde una perspectiva que no sea la religiosa sino la de la ética y los valores que es universal, independientemente del credo que se tenga o de si se es ateo o agnóstico.

Sara Pérez-Tomé es psicóloga y mediadora familiar. En su consulta, Sophya, además, imparte cursillos prematrimoniales con carácter privado a parejas que así lo desean y que van a contraer matrimonio laico y también cursillos grupales. Existen ambas modalidades.

¿Por qué hacer un curso pre-matrimonial?

La experta lo tiene claro: “En un mundo donde los papeles te dan la propiedad de una casa, un título universitario, un matrimonio civil o eclesiástico, es curiosos pensar que detrás de esos papeles debe haber un mínimo compromiso o esfuerzo intelectual o aval económico que los certifique. Para ser Doctor en Medicina con una especialidad hay que invertir al menos 11 años de tu vida. Para comprar una casa debes avalar con una nomina que garantice el pago de al menos el 80% de la vivienda y el resto pagarlo al contado. Para casarse dos personas por la Iglesia te exigen un exiguo cursillo pre-matrimonial de un fin de semana. Y para casarse dos personas por lo civil ni si quiera se necesita un cursillo prematrimonial ni certificado de no tener antecedentes psicológicos ni psiquiátricos”, expone.

Es curioso que siendo la convivencia bien difícil entre la personas, aunque se hayan elegido por amor, legalizar su unión exige casi como único requisito estar enamorado y la voluntad de las partes de querer estar juntos y –sostiene Pérez-Tomé- la experiencia de tantos años atendiendo a parejas con los mas diversos problemas matrimoniales me ha hecho llegar a diversas conclusiones:

-No todas las parejas valen para casarse, formar una familia y tener hijos, por eso no es suficiente ni estar enamorado ni quererse.

-Para formar una familia o vivir vinculados civil o religiosamente en principio hasta que la muerte nos separe debemos:

-Conocernos nosotros muy bien ya que nos posibilita estar seguros de que hemos elegido a la persona adecuada para como somos nosotros.

-Querernos suficientemente como para poder dar cariño al otro, porque nadie da de lo que no tiene y si no te quieres no puedes querer a los demás.

-Tener un grado de comprensión muy alto empezando por comprenderte tú a ti mismo y aceptándote tal y como eres y así aceptaras mejor al otro.

-Todo esta forma de convivir vinculada al otro está basada en una forma inteligente de gestionar tus sentimientos en relaciones con tus pensamientos.

-Para que una pareja funcione y tenga éxito tiene que aprender a comunicar sus sentimientos buenos y malos pero siempre desde el cariño el respeto y la confianza y eso no se improvisa.

-Querer bien es todo un aprendizaje que se aprende y se haría un gran favor a la sociedad y a todas las parejas si tanto el Estado a través de la educación civil se les enseñara a los niños desde jóvenes educación emocional afectiva en su familia, con sus padres y hermanos para luego poder llevarla a su trabajo o a su vida en pareja.

-La formación en valores, en comunicación es fundamental en cualquier pareja que quiera tener un proyecto en común no solo basado en el amor y mientras dure “el buen rollito”, sino porque quiera tener hijos en común, porque crea en el amor eterno, y porque quiera vivir en estabilidad con su familia.

-Al éxito matrimonial no se llega por voluntarismo o por gracia sacramental solo sino también por habilidades humanas en la comunicación verbal, no verbal y para verbal entre los que se aman.