Clásico
El Barcelona no calma el «Tsunami»
La política también jugará el Clásico: Bartomeu ve compatible la celebración del encuentro ante el Real Madrid con la reivindicación política, y por lo tanto, no ve motivos para que se suspenda
A más de una semana de la gran cita el F.C. Barcelona ya se ha posicionado a favor de las manifestaciones programadas, para el miércoles 18 de diciembre, por la plataforma independentista Tsunami Democràtic. Tanto el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, como el Vicepresidente del área social del club, Jordi Cardoner, han dejado claro que no pondrán ningún tipo de restricción a manifestaciones pacíficas: «Pienso que hacer un acto reivindicativo durante un partido de fútbol de forma cívica y serena es compatible. El socio del Barça ya sabe que tiene libertad de expresión, de movimiento, de poner pancartas reivindicativas... No hay restricciones, sea quien sea. Sin insultar, el socio podrá venir a mostrar su reivindicación. El Camp Nou es un estadio en el que siempre nos hemos reivindicado de forma pacífica», afirmó Bartomeu en una entrevista a Catalunya Radio.
A pesar de corroborar la situación de «excepcionalidad» en la que Tsunami Democràtic justifica sus protestas, Bartomeu no ve necesaria una segunda suspensión del encuentro: «En este caso no hay motivos para hacerlo. Estamos en un momento excepcional de la historia de Cataluña y el Barcelona ya se ha manifestado en contra de otros sucesos y no ha ocurrido nada que lamentar».
Cardoner, ante el mismo medio de comunicación, intentó disipar las dudas sobre la seguridad que cubrirá este evento, aunque sin demasiada contundencia: «Hay que demostrar cordura. Creo que será un dispositivo habitual de un Barça-Madrid, pero teniendo en cuenta cualquier posibilidad que pueda darse en el último momento. Esta es la profesionalidad que estamos convencidos que demostrarán los Mossos». Sobre las posibilidades de que se produzca una invasión de campo, el vicepresidente aseguró que «el club cree en el comportamiento pacífico de la gente». «Además, podemos presumir que nuestras instalaciones en los últimos años han sido seguras», apuntó.
Así, los directivos del Barça están seguros de que las condiciones son las adecuadas para que su estadio albergue el Clásico y ven innecesaria una nueva suspensión. La primera se produjo en otro contexto, durante la semana en la que las reivindicaciones políticas y el independentismo radical se adueñaron de la Ciudad Condal por la sentencia del procés. Voces como las de Gerard Piqué ya advirtieron de que la suspensión no haría más que trasladar el problema a otra fecha, ya que la situación de «excepcionalidad» se mantendría.
Más allá de pancartas y manifestaciones masivas, lo que más preocupaba en el Real Madrid de cara a su visita a Barcelona era que el autobús en el que se desplazará el equipo al hotel de concentración y al Camp Nou sea objetivo de los radicales. Para evitar esta situación hace unos días comenzaba a gestarse el protocolo de actuación de los Mossos. Aunque el Barça no quiere dar importancia al dispositivo para aparentar un absoluto control, el seguimiento de la expedición blanca lo cubrirán 5.000 efectivos de Policía Nacional y Mossos. Algo sin precedentes.
Sin embargo, al Real Madrid le ha incomodado una de las medidas propuestas por las fuerzas de seguridad, que aconsejan al club blanco no desplazarse con su autobús identificativo para evitar posibles incidentes. Una actitud de incógnito que no comprenden en el Real Madrid. Incluso, está previsto que partan varios autobuses del Hotel Sofía, en el que se alojará el Real Madrid, para hacer más indetectable al que traslade a los jugadores.
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