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Turismo

Así es el tesoro escondido del Caribe gallego

Con sus paisajes vírgenes, su fauna protegida y un patrimonio arqueológico que remonta a la Edad del Bronce, este lugar es uno de los secretos mejor guardados de Galicia

Así es el tesoro escondido del Caribe gallego IsloteAreoso.com

En el vasto paisaje de la Ría de Arousa, uno de los rincones más impresionantes y desconocidos es el islote de Areoso. Esta pequeña isla, de apenas 9 hectáreas, se ha ganado el apodo de "Caribe gallego" por su playa de arena fina y aguas cristalinas, características que hacen de ella un paraíso natural. A pesar de su tamaño, Areoso posee un valor histórico y ecológico inigualable, convirtiéndola en un destino único tanto para los amantes de la naturaleza como para los interesados en la arqueología.

Areoso forma parte del Complexo Intermareal Umia, una zona protegida bajo la clasificación de ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Este estatus garantiza la conservación del islote, que alberga una rica fauna aviar, destacando la gabita, una especie en peligro de extinción que encuentra en Areoso uno de sus refugios más importantes. Además, el islote es hogar de otras especies como el cormorán y diversas gaviotas, que conviven en un entorno donde la flora dunar predomina, añadiendo un valor paisajístico único.

Playa del islote de AreosoIsloteAreoso.com

Sin embargo, lo que realmente hace especial a Areoso es su conexión con el pasado. A través de estudios arqueológicos realizados desde los años 80, el islote ha revelado importantes hallazgos que muestran su papel clave en la historia de la región. Las excavaciones, encabezadas por el arqueólogo José Manuel Rey, han desvelado restos megalíticos y cerámicas pertenecientes a la Edad del Bronce, que apuntan a la existencia de un asentamiento humano entre los años 2225 y 1950 a.C. Este hallazgo refuerza la hipótesis de que, antes de la formación de la ría, Areoso estaba conectado por tierra con A Illa de Arousa y la península, convirtiéndose en un territorio habitado.

La formación de la Ría de Arousa, un proceso que ocurrió al final de la última glaciación, provocó el anegamiento de los antiguos valles fluviales, lo que resultó en el aislamiento de Areoso. A lo largo de los siglos, la subida del nivel del mar transformó lo que era un territorio unido a la península en un islote, que desde entonces ha permanecido aislado, con una población que desapareció al mismo tiempo que la isla se separaba del continente.

El hallazgo más reciente, realizado en 2016, consistió en el descubrimiento de restos óseos humanos, específicamente una mandíbula, en el paleosuelo de Areoso. Este es uno de los pocos hallazgos de restos humanos de la época castrexa en Galicia, situando al islote en un contexto histórico muy relevante para la región.

A pesar de su tamaño modesto (600 metros de largo por 200 metros de ancho), Areoso alberga una gran diversidad de paisajes. Su zona norte, con una extensa playa de arena blanca y fina, es la más conocida, y en ella se puede disfrutar de las aguas turquesas que bañan sus costas. La parte sur, en cambio, es más salvaje y está dominada por un paisaje rocoso, en el que se encuentra un dolmen megalítico perfectamente conservado, el único completo de los cinco que existen en la isla.

Aunque la isla es un lugar apartado y de difícil acceso, la gestión de su conservación permite visitas limitadas a quienes deseen conocerla. Para poder desembarcar, los interesados deben solicitar permisos con antelación, ya que solo se permite el acceso a unos pocos afortunados al día, distribuidos en franjas horarias. La forma más sostenible de llegar es en kayak, aunque algunos turistas optan por embarcaciones a motor.

A pesar de las restricciones, el turismo en Areoso ha aumentado en los últimos años, lo que ha provocado cierta preocupación por su preservación. Las corrientes en la zona y las visitas masivas durante los meses de verano han acelerado el deterioro del islote, especialmente debido a la falta de respeto por el patrimonio natural y la acumulación de residuos. Aún así, Areoso sigue siendo un lugar de excepcional belleza y valor histórico, un pequeño tesoro que continúa desvelando su pasado, y que, a través de su conservación, se asegura un futuro para las generaciones venideras.