Historia
España cuenta con la muralla romana mejor conservada del mundo
En las ciudades españoles se pueden apreciar los restos del Imperio Romano, que estuvo asentado en Hispania y la Península Ibérica durante más de seiscientos años
El Imperio Romano abarcó gran parte de Europa y del norte de África, así como Asia Menor (hoy conocida como Oriente Medio). Pero quizás su mayor expresión, más allá de Italia lógicamente, fue en España. O como se conocía en la época, Hispania. Los restos de la presencia de los romanos en la Península Ibérica todavía pueden verse en los pueblos y ciudades españoles, como anfiteatros, circos, teatros o urbes romanas que hoy en día son ruinas y yacimientos. Pero también hay infraestructuras y edificios perfectamente conservados. De esta forma, España cuenta con la muralla romana mejor conservada de la época del Imperio Romano.
Los primeros romanos llegaron a la Península Ibérica en el 218 antes de Cristo, durante el trascurso de la Segunda Guerra Púnica. Desembarcaron en Ampurias (Emporion) para cortar las líneas de suministro de los cartagineses hacia Hannibal, quien lideraba la invasión de Italia.
A pesar de su victoria y control de Cartago Nova (la actual Cartagena), así como otras zonas estratégicas, los romanos tardaron unos doscientos años en someter completamente la Península, con episodios destacados a lo largo de esos años como la resistencia de Numancia o la lucha de Viriato en Lusitania.
De esta forma, en el 29 antes de Cristo, la Península se convirtió en provincia clave del Imperio Romano, y comenzó una gran romanización de la población en términos de cultura, lengua o economía. Y también, durante los más de seiscientos años en los que estuvieron presentes, infraestructuras como calzadas o acueductos, entre otras destacadas.
Así es la muralla de Lugo, la mejor conservada del Imperio Romano en todo el mundo: cuánto mide, qué altura alcanza y cuándo se fundó
Uno de los restos romanos más destacados en España es el Acueducto de Segovia, una gran atracción para todos los que acuden a la ciudad castellanoleonesa. Pero también el Teatro de Mérida, el anfiteatro de Itálica o el yacimiento de Segóbriga, en Cuenca, son otros de las destacadas huellas romanas que hoy en día se pueden apreciar.
Los romanos, asimismo, también construyeron murallas. De hecho, eso ha hecho que España cuente con la muralla romana mejor conservada del mundo, situándose esta en Lugo. La ciudad gallega alberga esta infraestructura que supera los dos kilómetros (2.117 metros para exactos) y durante dos milenios ha estado casi idéntica a como fue construido en la época del Imperio Romano.
La muralla de Lugo conserva 71 de las 85 torres con las que se alzó, mientras la mitad de las puertas que las cruzan siguen siendo las mismas (cinco de diez). Cuenta con 4,2 metros de grosor, alcanza una altura de doce metros en su parte más alta y fue fundada en el año 13 antes de Cristo. Su conservación le ha permitido ser una joya romana que no ha pasado desapercibida para la UNESCO, pues fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Lugo, conocida por los romanos como Lucus Augusti, desempeñó un papel importante y significativo dentro del Imperio Romano debido a su posición estratégica en la provincia de Gallaecia y situarse al noroeste de Hispania. Además de la gran muralla, la ciudad contaba con un puente romano sobre el río Miño, que era parte de una red de comunicaciones vital para conectar Gallaecia con otras regiones.
La ciudad también se benefició de la explotación minera, especialmente del oro, y disfrutaba de un sistema avanzado de termas naturales. Aunque toda la provincia mantuvo rasgos celtas, la población gallega también fue un punto clave para la difusión de la cultura, la lengua y las leyes romanas.