
Segunda oportunidad
Perdonan más de 25.000 euros a un gallego ahogado por las deudas tras un accidente, un divorcio y la pandemia
“A día de hoy todavía no me lo creo. Después de tantos años de sufrimiento, cuesta asimilarlo”, apunta tras la exoneración

El Juzgado Mercantil número 1 de A Coruña ha perdonado una deuda de 25.382,61 euros a un vecino de Narón que se había quedado atrapado en una espiral de préstamos y tarjetas de crédito. La resolución judicial, enmarcada en la aplicación de la Ley de la Segunda Oportunidad, llega después de que el afectado acreditara su insolvencia sobrevenida tras una cadena de infortunios personales y económicos que comenzó en 2008 y culminó con un ERTE durante la pandemia.
El hombre, representado legalmente por el despacho Bergadà Abogados, arrastraba una situación financiera insostenible derivada de un grave accidente de tráfico sufrido en 2008, provocado por apneas del sueño. La necesidad de sustituir el coche sin apenas ahorros fue el primer paso hacia un endeudamiento creciente. A ese primer golpe se sumaron otros problemas de salud y un proceso de divorcio que mermó notablemente sus ingresos.
“Empecé pidiendo un préstamo y después otro para cubrir el anterior, y así sucesivamente, hasta que me vi completamente ahogado, sobre todo por los intereses, que con el paso del tiempo se multiplicaron”, relata el afectado, que vivía con un salario de alrededor de 1.000 euros y debía destinar hasta 900 al pago de sus deudas mensuales. “Eso hacía que no tuviera para comer”, recuerda.
La llegada de la pandemia del Covid-19 no hizo más que agravar la situación. Un ERTE prolongado durante varios meses, seguido de un breve periodo en desempleo, generó un ‘efecto bola de nieve’ en su economía. Las cuotas impagadas crecían mientras sus intentos de renegociar la deuda eran rechazados por las entidades financieras.
“Nuestro cliente intentó sin éxito la reagrupación de sus deudas y la ampliación de plazos, pero todas sus peticiones fueron denegadas”, explica Marta Bergadà, abogada que ha liderado su caso.
El camino hasta lograr la exoneración no fue fácil. Inicialmente, el hombre depositó su confianza en una empresa de gestión de deudas antes de localizar, en un foro especializado en la Ley de la Segunda Oportunidad, el despacho gestionado por Bergadà.
Deudor de buena fe
“Vimos que era un deudor de buena fe y que se daban las condiciones para iniciar el procedimiento”, apunta la letrada. Durante los meses siguientes, el despacho mantuvo un contacto constante con su cliente, resolviendo dudas y proporcionándole el respaldo emocional que necesitaba.
“Cada día recibía entre tres y cuatro llamadas de empresas de recobro. No podía dormir. Cada vez que sonaba el móvil pensaba que era otra llamada acosándome. Era una pesadilla y no podía vivir”, cuenta el hombre, que ahora respira aliviado.
La jueza de A Coruña dictó finalmente el auto por el que se le concede la exoneración total del pasivo insatisfecho. “A día de hoy todavía no me lo creo. Después de tantos años de sufrimiento, cuesta asimilarlo. Ahora podré vivir sin preocupaciones y afrontar un futuro esperanzador y lleno de optimismo”, afirma. Ahora, con su deuda borrada y un empleo estable, este vecino de Narón puede volver a empezar.
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