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Propuesta

Un relato en primera persona sobre la verdadera “suerte” detrás de MYKA

El nuevo Panettone de Navidad MYKA, elaborado junto a Pena Bakery, un prestigioso obrador italiano, esponjoso, aromático y exquisito

Una propuesta dulce y atractiva MYKA

La Navidad es una fecha ideal para compartir tiempo en torno a la mesa, recordar historias entrañables y crear nuevos recuerdos. Con esta filosofía, MYKA –la marca española de helado de yogurt griego que, tras su éxito en nuestro país, ya prepara aperturas en Miami, París y Nueva York– ha creado con una propuesta muy especial: el nuevo Panettone de Navidad MYKA, elaborado junto a Pena Bakery, un prestigioso obrador italiano, esponjoso, aromático y exquisito.

Esta receta exclusiva se ha elaborado siguiendo los preceptos clásicos: masa madre viva, fermentaciones largas, mantequilla europea, vainilla pura y fruta confitada artesanal. Un panettone que puede servirse en el centro de la mesa y disfrutarse solo o acompañarse de los toppings artesanales que MYKA prepara a diario en sus establecimientos. Durante todo el mes de diciembre, esta edición limitada estará disponible en las heladerías MYKA, junto a su ya icónico helado de yogurt griego sabor panettone, que reinterpreta este clásico navideño con una propuesta contemporánea. “Queríamos que esta Navidad fuera un recordatorio de quiénes somos: una marca familiar, auténtica, artesanal y profundamente emocional”, explica Natalia Morales, chef y cofundadora. “Cada año tratamos de sorprender, pero en esta ocasión sentimos que debíamos compartir algo más íntimo: nuestra historia”.

Una historia real que conmueve

Como parte de su mensaje navideño, MYKA ha querido compartir también el video Momento de la Suerte, una pieza íntima y honesta sobre todo el amor que hay detrás de esta marca y que ya ha superado el medio millón de visualizaciones y ha generado miles de mensajes de empatía y gratitud. Es mucho más que un relato de la historia de MYKA. Natalia mira a cámara y le da la vuelta a una frase que escucha a menudo: “Qué suerte tienes”. En lugar de abrazar el tópico, lo desarma y lo convierte en realidad: habla de una mente que no sabe parar, de una vocación cultivada entre hornos encendidos y cuadernos de marketing, de una primera aventura empresarial que creció hasta parecer invencible, de un tesón que no conoce límites. Habla también de las veces que hubo que decir “basta”, de aprender a empezar de nuevo con menos recursos, pero con el mismo entusiasmo, de un negocio que se construye con las manos manchadas de azúcar y los brazos cargados con sus hijas pequeñas, que la acompañan a todas partes. A medida que avanza la narración, la “suerte” va tomando otros nombres, además de ilusión y valentía: miedo, terapia, plagios, vuelos, horarios imposibles y, por encima de todo, familia. MYKA aparece así como el resultado de una cadena de decisiones difíciles y de un compromiso radical de una familia que ha impulsado un sueño que no se deja apagar. La frase final condensa todo este esfuerzo que hay detrás del talento y del éxito: Así que sí, tengo suerte, pero la mía se llama historia”, y conecta de lleno con el espíritu de la campaña: en MYKA, la Navidad no va de milagros improvisados, sino de las historias reales que sostienen a una empresa familiar y la empujan, año tras año, a seguir creciendo sin perder su alma.

Todo encaja como las piezas de un puzle: un panettone nacido en un obrador histórico, un helado de temporada que reinterpreta el sabor de este postre típicamente navideño y un testimonio íntimo que recuerda que detrás de una marca hay personas, heridas, decisiones y anhelos compartidos. Tres elementos que se fusionan en un mensaje único para sentir la Navidad como un gesto y una forma de agradecer. Una oportunidad para volver a lo verdaderamente esencial: la pasión, el amor, la memoria de los primeros pasos y la verdad que ha acompañado a MYKA desde su origen. En cada porción de Panettone de Navidad MYKA, en cada helado servido y en cada visionado de este vídeo, la marca celebra aquello que la define: la esencia de un proyecto familiar que respeta la tradición, honra el producto artesanal y se atreve a contar su historia tal y como es. Sobre Myka MYKA ha transformado el mundo del helado al reinterpretar la tradición con recetas elaboradas a base de auténtico yogur griego y una carta de toppings inspirados en la alta repostería. En apenas dos años, la marca creada por Natalia Morales y Javier Ezquerro ha pasado de proyecto familiar a convertirse en un referente internacional.

Hoy, MYKA —cuyo nombre en griego significa “brillar”— está presente en España, Portugal, San Salvador, México, República Dominicana y Kuwait, y se prepara para desembarcar muy pronto en Estados Unidos, Francia y Panamá. Su ambicioso plan de expansión prevé alcanzar 176 heladerías en 18 países antes de 2026. El secreto de MYKA reside en el respeto por el producto y en el cuidado artesanal de cada detalle. Cada semana se importa yogur griego auténtico directamente desde Grecia, que se mezcla en el obrador con kéfir de cabra siguiendo una receta exclusiva desarrollada por los fundadores. El resultado es un helado genuinamente artesanal, de textura cremosa y sabor intenso, que se completa con más de 30 toppings gourmet preparados a diario: desde compotas naturales hasta crumbles caseros.