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Fonsi Nieto: “He recuperado a mi familia en el encierro”

El Dj vive un confinamiento marcado por la pérdida de su abuela Teresa y de su padre Alfonso, nueve días después. Sin embargo, intenta buscar el lado positivo al encierro

Fonsi Nieto
Fonsi NietoLa Razón

Gracias a la canción ‘We are the Universe’, que Fonsi Nieto acaba de donar a la Cruz Roja, está saliendo de la penumbra que su familia ha vivido en estos días de confinamiento por la pandemia. Con dos semanas de diferencia, ha despedido a dos puntales de su vida. Primero, a su abuela Teresa, que fallecía, no por culpa de la edad, 102 años, sino por el aislamiento al que obliga el coronavirus.

Nueve días después, a su padre, Alfonso González. La familia hacía suyo el gráfico de la pandemia, con escalada, pico, y ahora confiando en vivir en la meseta hasta que llegue la ansiada salida del confinamiento. Fonsi decidió encerrarse en casa con su mujer, su madre y su hermana. Entre la música, la bayeta con lejía y los cocidos con todos los sacramentos que les prepara (“soy muy cocinillas”), la familia está recuperando un tiempo que el ex motorista no había vivido desde que salió de casa con 18 años. “Quiero estar con ellos”.

–En la despedida a su abuela,Teresa, dijo de ella que tenía dos cojones, ¿por qué?

–Ella vino a Madrid desde Zamora con una mano delante y otra detrás. Lo pasaron mal y por eso me llena de orgullo, porque sacó a su familia adelante. Es una pena que estemos perdiendo de esta manera tan cruel a quienes ayudaron a nuestro país para que avanzara.

–La gran contradicción: sobreviven a la guerra, al hambre, levantan España y un virus se los lleva en 24 horas.

–Mi abuela y mi padre no murieron por coronavirus, pero sí sufrieron los daños colaterales. Ella, al estar tantos días encerrada sola en una habitación y viendo televisión, se apagó. Estaba fenomenal y podría haber aguantado un par de años más, pero se durmió y no volvió a despertar. Y mi padre prácticamente igual. Llevaba arrastrando durante mucho un problema con una úlcera. Se encontró mal y en circunstancias normales habría llamado a una ambulancia o ido a urgencias, pero con esa edad y con mi madre, con asma y 77 años, no quería arriesgarse a acudir a un hospital, colapsados como estaban, y pensaron que iba a ser peor el remedio que la enfermedad y por no molestar pasó lo que pasó: murió en casa por una hemorragia intestinal.

–La experiencia de los entierros también le ha marcado.

–Sí, al de mi abuela no quise ir porque prefería recordarla viva. No deseaba verla en un cementerio con tres personas y esa sensación de desamparo. Al de mi padre fui por mi madre y porque muchos amigos habían mandado coronas y flores y quería verlo. Aunque ahora solo quiero pensar en los recuerdos bonitos de mi padre, como verle sufrir cuando me caía en las carreras de motos.

–¿Es quien le enseñó a montar?

–No, él no montó en moto nunca, fui yo de pequeño por mi obsesión por lo que aprendí y al final acabó siendo mi carrera. A él le gustaba pero no montaba.

–¿Será el momento de volver al González paterno en su memoria?

–Siempre he sido González Nieto, pero como estaba tan unido a mis primos y a mi tío, la Prensa del motor me empezó a llamar así. Sin embargo, el González lo llevo tatuado en el corazón.

–¿Cómo se organiza en el confinamiento?

–Gracias a la música, que una vez más es mi terapia, he estado muy entretenido componiendo ‘We are the Universe’ para la Cruz Roja, eso me ha hecho evadirme de los momentos duros. Y como soy muy cocinillas, guiso mucho. Es que estos días nos apetecen comidas de cuchara, que parecen más familiares. Y también le doy a la lejía, no se me caen los anillos por fregar, y paso la escoba.

“A Marta y a mí nos apetece más que nunca tener un hijo”

Nieto asegura que “me fui de casa con 18 años y en todo este tiempo no he tenido la oportunidad de estar seis o siete días encerrado en mi casa con mi familia, hablando de cosas que, si no estuviéramos en esta situación, no las habríamos hablado. Dentro de todo lo malo de la pandemia, me quedo con esos momentos de estar con ellos, porque al final, en la vida, con tantos viajes y compromisos, no tienes tiempo para estar de verdad con la gente que quieres” Y añade que “a Marta y a mí nos apetece más que nunca tener un hijo, pero las cosas tienen que llegar en su momento. Queremos que llegue pronto. Estamos en ello y tenemos muchas ganas”.