Sabadell
Adorada menopausia
¿Quién ha dicho que los 50 son difíciles? Creo que es un momento de plenitud en el que, al menos, ya sabemos lo que no queremos y hemos ganado algunas arrugas de expresión que hacen nuestra cara mucho más interesante que los rasgos un poco pánfilos –aunque sean más bellos– de la juventud. ¿Y las mujeres? ¡Ay! Viven asustadas por esa innombrable palabra «menopausia», a la que hoy quiero hacer un homenaje. Porque, vamos a ver, ¿no es fantástico sentirse liberada de la menstruación? ¿Del miedo a quedarte embarazada, dejar los anticonceptivos, el DIU y todos los métodos habidos y por haber para no llegar a los 50 con una caterva de hijos? ¿Y qué me dicen de librarse de ella cuando viajas y justo se le ocurre adelantarse en pleno vuelo, hacerte sentir inflada, nerviosa y con dolor de cabeza? ¿Me pueden explicar cuál es su utilidad, exceptuando la reproducción? Creo que todas debemos afrontar los 50 como hacen las mujeres árabes, que celebran una gran fiesta al sentirse liberadas de esa servidumbre y poder seguir viviendo nuestra sexualidad y feminidad plenamente, tomando las riendas de nuestra vida sin biberones, sin miedos, sin inseguridades... Bellas y felices con una piel radiante y no dejando instaurarse en nuestro cuerpo ni una «lorza». Porque esa leyenda urbana de que engordamos a partir de los 50 no es cierta, engordamos porque comemos mucho y mal y echándole la culpa a la pobre menopausia nos quedamos tan felices.
Reconozco que mi vida es tan activa y plena que se me olvida envejecer, no tengo tiempo para nada y puede que un día me dé cuenta de que ya estoy «pa'los leones», pero para entonces tendré unos 103 años y podré decir que he vivido con pasión, que he disfrutado de mis amigos, de mi familia, del amor, de la ilusión y la capacidad de sorprenderme por pequeñas cosas, porque el día que no seamos capaces de ilusionarnos, ese día seremos viejos...
Y ¿saben lo que les digo? Que hoy no me apetece escribir de «saraos», aunque tengo que reconocer que la fiesta de Vogue Joyas en el magnífico edificio de la Bolsa de Madrid fue fantástica: rodeados de los tableros con las cotizaciones se entregaron premios a extraordinarias piezas de joyería que hacían soñar a todos los presentes...
Y para joyitas, las que suelta el «iluminado» Sr. Mas y su vicepresidenta del Govern Juana Ortega, que con ese nombre de bailaora flamenca está organizando un contubernio desde Suiza porque ellos son muy modernos e internacionales y no es cuestión de preparar el referéndum desde Sabadell. Lo que les pone es que Rajoy diga que «nanai», que de consulta «ná de ná» y, así, ir acumulando «noes» durante el año para hacerse las víctimas. Les aseguro que me aburren, me matan... así que me voy al cumpleaños de mi amigo Kike Sarasola que, curiosamente, celebra los 50 y vamos a bailar y divertirnos como si no hubiese mañana, que para eso somos jóvenes.
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