Ana Wagener: «No le haría un ''calvo'' a nadie»

–«Málaga». ¿Salimos de Málaga para entrar en Malagón?

–Algo así. Es una obra sorprendente. Málaga es el paraíso que nunca se alcanza. Y nada es lo que parece.

–Es Vera, se acaba de divorciar y proyecta irse a Málaga con su amigo. ¿Es lo que usted haría para aliviarse?

–Quizá. Es fantástico quitarse un clavo con otro clavo.

–El autor, Lukas Bärfuss, es suizo. ¿Sabrá algo de Bárcenas o Pujol?

–Algún eco tendrá: es un tipo que se dedica a radiografiar la sociedad.

–Fue ama de llaves en «La señora». ¿Le gustaría ser ama de llaves de...?

–De Michael Haneke, el director de «Amor». Me apasiona. Me gustaría saber qué tiene en la cabeza.

–Doblaba a Felicity Huffman. ¿Tiene algo de mujer desesperada?

–Sí, algunos días, mucho.

–¿Qué le desespera?

–Leer los periódicos. Me duele mucho el mundo. Soy muy vulnerable y me desespera mi impotencia.

–Estará en la segunda temporada de la serie «Con el culo al aire» (Antena 3). ¿Hizo alguna vez un «calvo»?

–No. Y no se lo haría a nadie. Puede ser gracioso, pero me parece absurdo. El culo no es el espejo del alma, salvo excepciones.

–Será una profesora progre que se queda sin casa y sin trabajo. ¿Qué haría en tal situación?

–Lo que hace Charo: ir a vivir a un camping, utilizar la picaresca, luchar por sobrevivir. No queda otra.

–Intenta organizar en el camping una nueva sociedad...

–Sí, intenta concienciar a la gente. Charo lleva en el ADN la insumisión: no se conforma con lo que le dicen.

–Si en Hollywood los productores sólo se fijan en las curvas (Scarlett Johansson dixit), ¿en qué se fijan los de aquí?

–En los jóvenes y guapos. Siempre ha sido así, pero ahora más.

–Dice Pedro Casablanc que los jóvenes mandan y los demás son secundarios.

–Sí. La carne fresca atrae más, pero no creo que el público pida sólo eso.

–Cierto: también pide palomitas...