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Cumbre de Reyes en Mallorca

Don felipe, Doña letizia y sus hijas, Leonor y sofía, comienzan sus vacaciones con una inédita visita al Real Club Náutico de Palma. Tras dejar al monarca entrenando, las mujeres de la familia hicieron «plan de chicas» y se fueron de compras y al cine

38 Edicion de la Copa del Rey MAPFRE de vela, que se celebra en la Bahia de Palma de MallorcaLos Reyes de España, Felipe VI y Letizia Ortiz y las Infantas Leonor y Sofia a su llegada al Club Nautico de PalmaPosando con Discapacitados (Aldebaran)
38 Edicion de la Copa del Rey MAPFRE de vela, que se celebra en la Bahia de Palma de MallorcaLos Reyes de España, Felipe VI y Letizia Ortiz y las Infantas Leonor y Sofia a su llegada al Club Nautico de PalmaPosando con Discapacitados (Aldebaran)larazon

espués de quince años veraneando en Mallorca, Doña Letizia ha tenido un gesto inédito hasta la fecha: ayer por la mañana recorrió a fondo las instalaciones del Real Club Náutico de Palma donde se celebra la 38ª Copa de Vela del Rey Mapfre. Fue tal la expectación que levantaba ayer la Familia Real española en las instalaciones náuticas, que el otro monarca que compite, Harald de Noruega, pasó desapercibido.

Los cuatro miembros de la Familia Real llegaban al club náutico de Palma en el mismo coche, conducido por el Rey, pasadas las diez de la mañana. Don Felipe tenía tantas ganas de salir a navegar –«muchas», expresó a los periodistas– que lo hacía tres horas antes que el resto de la flota. Necesitaba entrenar en el campo de regatas con su equipo antes de las pruebas, porque él solo navega de año en año en su Copa.

Antes de embarcarse, los cuatro posaron en la entrada del centro náutico, donde les esperaban el presidente del club, Javier Sanz, el almirante Jaime Rodríguez-Toubes y la directora de comunicación de BMW, Pilar García de la Puebla.

Tras felicitar en público por su gestión al frente del club a Carmen Mariano, la Familia Real se reunió con la tripulación del Aldebarán, el primer equipo de marineros con discapacidad física, orgánica, visual e intelectual que participa en la regata. «Sabían perfectamente de nuestras dificultades para llegar hasta aquí, nos han dado visibilidad y nos han animado a no rendirnos», contaba Vero Morales, una de las tripulantes, a la que Doña Letizia le preguntó: «¿Entrenáis todos los días?». Tras un diálogo distendido, pasados unos minutos, la Reina se despedía con un «Que os vaya bien... ¡Y suerte!».

Hecha las fotos oficiales, Doña Letizia, Leonor y Sofía acompañaron al Rey hasta el Aifos y ellas aprovecharon para bajar al casco de la embarcación, que en realidad no tiene mucho que ver porque está vacío y únicamente contiene velas, mochilas de la flota y un baño. Para uso privado, el Swam lleva hasta cocina, pero en competición los dejan vacíos para aligerarlos y es el caso del Aifos. Una vez fuera, posaron con la tripulación, todos militares de la Armada, y se despidieron con un «hasta luego». Un detalle: Leonor se recostó en el regazo de su padre antes de dejarle ir al barco.

La curiosidad de la Reina

Fue entonces cuando Doña Letizia, lejos de abandonar las instalaciones de inmediato, como en otras ocasiones, se enfundó sus gafas de sol de Carolina Herrera y se quedó con sus hijas una hora más por el Club Náutico para interesarse por el resto de equipos. En concreto, quería conocer por boca del patrón del Aldebarán, José Luis Valverde, más detalles de la complicación que supone competir con diversidades funcionales en un barco grande, como es un ORC3. Justo a su paso por la embarcación, Doña Letizia y sus hijas se toparon con la grabación de un documental sobre el equipo, la Reina no dudó en disculparse al meterse en el plano y les animó a continuar con el rodaje en su presencia. «En el último momento un componente del equipo se dio de baja y tuvimos serios problemas porque se nos rompió el mástil», le contaba Valverde entre cables a la Monarca. En todo momento, Doña Letizia se preocupaba porque tanto Leonor como especialmente Sofía, a la que llamaba «Sofi», escuchaban con atención las explicaciones.

Ya antes de partir a regatear, el Rey se interesó por la nueva clase femenina de la competición, algo que debió llamar la atención de la Reina porque después se dirigió por los pantalanes hasta el punto donde atracan los once barcos que forman la PuroBeach Women’s Class y allí no pudieron tener mejor introductora que la doble medallista olímpica (Barcelona 1992 y Atenas 2002) Natalia Vía-Dufresne, que en tiempos regateaba con la infanta Cristina. «Me preguntó por la dureza y exigencia de la categoría en la que competimos», y también por un tema que a Doña Sofía le preocupa, como es el combinado de sol, moreno y piel. «Me ha preguntado por el cuidado de la piel al estar tantas horas expuestas al sol» y finalmente, la regatista olímpica les lanzaba a las tres mirando hacia su barco, un; «¿Si os animáis?», invitó Vía-Dufresne a Letizia, Leonor y Sofía. Da la impresión de que ninguna de las tres tienen la vela como una prioridad. Ayer, quizá no era el día, porque Doña Letizia lucía un vestido camisero con bordados en blanco, de Adolfo Domínguez, unas alpargatas de su marca fetiche, Mint&Rose, de cuña alta y un «clutch» blanco de Furla. Respecto a las joyas, la Reina optó por el minimalismo de unos pendientes con forma de mariposa de Elena C., en oro blanco y diamantes; y un anillo del que no se separa, de la firma Karen Hallam, en plata bañada en oro amarillo. Por su parte, tanto Leonor como Sofía, vestían pantalones cortos con blusón ancho, con sus correspondientes sandalias. Por cierto, que ambas han dado un buen estirón en estas cuatro semanas de campamento.

Por la tarde, «El rey léon»

De vuelta a la cafetería del náutico, Doña Letizia se encontró con la esposa de un marinero a la que le hizo tanta ilusión reencontrarse que estuvieron un buen rato charlando. La distensión de la Reina fue tal que se hizo fotos con cuantos curiosos querían y no dudó en hacer carantoñas a Tizian, el tripulante más joven de esta regata con tan solo tres meses de vida. Cuando el Rey ya llevaba una hora entrenando, Doña Letizia y sus hijas, decidieron irse andando por la calle del náutico. Cuando salía del recinto, al pasar por nuestro lado, le preguntamos a la Reina si seguiría con atención la competición. «¡Pues claro! ¡Cómo no vamos a seguir las regatas, si participa el Rey!», sentenció. Por la tarde, las tres, junto a la Reina Sofía, fueron al cine para ver «El rey león». Un día completo.