Crónica
San Iker prefiere predicar el olvido y respirar
El ex portero del Real Madrid, Iker Casillas, ha visitado el Muro de las Lamentaciones en Tel Aviv con su kipá y todo. Como si fuera un filósofo de la síntesis o el Pensador de Rodin, se limitó a ofrecer su imagen en Instragram con una sola palabra: «Pensando». Y además la puso en inglés, «thinking», para que se vea que hay un nivel. Hombre reflexivo y prudente, como dicen que son todos los que han sufrido un infarto, prefiere meditar a lamentarse. Pero el ex futbolista y ex marido no nos aclara en qué estaba pensando. ¿En lo que le estará cantando Kiki Morente a Sara Carbonero? ¿En lo que dijo Florentino Pérez de él, aquello de que era corto, perrito faldero, monigote y que encima no veía bien de lejos? Añadió el presi del Madrid: «Se le nota cuando se lleva mejor o peor con su novia». Ahora que al parecer no tiene novia fija, solo mediopensionistas, vive en el laconismo y el ensimismamiento. Viaja pensando. Ante la rajada de Pérez, Iker escribió en las redes una frase que es casi un haiku de los que le gustan a Miquel Iceta: «Respira. Olvidar es vivir». Quizá tenía en la cabeza en ese momento la Ley de Memoria Democrática o la frase de Groucho Marx que podría dedicar a su ex presi si quisiera guerra: «Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente». Desde México ha colgado ahora una foto con un mono sobre el hombro. Algún cachondo comentará: «Mira, la reconciliación con Florentino». Pero San Iker prefiere predicar el olvido.
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