Limites de la información

Genoveva Casanova gana la batalla judicial contra Lecturas: justicia, reputación y un triunfo valorado en 175.000 euros

La socialité mexicana obtiene una primera victoria legal tras el mediático caso de sus fotografías con Federico de Dinamarca, en un fallo que marca un precedente sobre los límites entre el interés informativo y el derecho a la intimidad

Portada de la revista Lecturas con el escándalo de la relación entre Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova
Portada de la revista Lecturas con el escándalo de la relación entre Federico de Dinamarca y Genoveva CasanovaLecturas

Un año después del terremoto mediático que provocaron sus imágenes junto a Federico de Dinamarca, Genoveva Casanova vuelve a ocupar titulares, esta vez por una razón muy distinta: la justicia le ha dado la razón. El Juzgado de Primera Instancia de Madrid ha condenado a la revista Lecturas, dirigida por Luis Pliego, a indemnizarla con 175.000 eurospor vulnerar su derecho a la intimidad y a la propia imagen. Una cifra lejos del millón que reclamaba la exmujer de Cayetano Martínez de Irujo, pero lo suficientemente contundente como para considerarse una victoria simbólica y moral.

La sentencia, según ha confirmado Informalia, llega tras un proceso judicial que se prolongó durante meses y que puso bajo el foco no solo a la revista, sino al funcionamiento del corazón mediático en España. El tribunal ha reconocido que, aunque los protagonistas del reportaje —Casanova y el entonces heredero al trono danés— son figuras públicas, algunas informaciones publicadas tras la exclusiva excedieron los límites del interés informativo. En otras palabras, la prensa cruzó una línea.

Fotos polémicas

El caso se remonta a noviembre de 2023, cuando Lecturas lanzó una portada de impacto internacional con el titular: "Genoveva y Federico de Dinamarca, juntos. El futuro rey la visitó en Madrid y durmió en su apartamento". Las imágenes de ambos paseando por el centro de la capital dieron la vuelta al mundo, avivando los rumores sobre una supuesta relación entre la mexicana y el príncipe danés, hoy monarca. La repercusión fue tal que la Casa Real de Dinamarca se vio obligada a pronunciarse y el asunto, según muchos observadores, aceleró la abdicación de la reina Margarita.

La socialité mexicana Genoveva Casanova
La socialité mexicana Genoveva CasanovaGtres

Genoveva reaccionó de inmediato con un comunicado rotundo: negó cualquier vínculo sentimental y denunció el acoso mediático que siguió a la publicación. Meses después, decidió llevar el asunto a los tribunales. En una demanda de más de 400 páginas, argumentó que su vida privada había sido vulnerada y que el tratamiento posterior del caso, tanto en la revista como en su versión digital, había agravado el daño.

El juicio, celebrado en septiembre, atrajo la atención de toda la prensa. Entre los testigos figuraron redactores de Lecturas, responsables de la web y la periodista Pilar Eyre, autora de varios artículos sobre el caso. Mientras la defensa de la publicación alegaba el "interés público" de las imágenes, la de Casanova -respaldada económicamente por Cayetano Martínez de Irujo- insistía en que la exposición mediática había tenido consecuencias personales y profesionales irreparables.

Finalmente, el juez ha fallado a favor de Casanova, si bien reconoce que la demanda inicial solicitaba una cifra "excesiva". Lecturas, por su parte, ya prepara un recurso con el objetivo de “minimizar los daños” y defender la relevancia periodística de su exclusiva.

Este no es el único frente judicial abierto para la aristócrata. En paralelo, Casanova mantiene una segunda demanda contra Mediaset, Unicorn Content y varios colaboradores de televisión -entre ellos Alessandro Lequio y Ana Rosa Quintana- por los comentarios vertidos sobre ella en el programa Vamos a ver, donde se insinuó que habría facilitado las fotos. Reclama más de 1,2 millones de euros por daños morales y perjuicios económicos.

Mientras tanto, Genoveva mantiene el perfil bajo que la caracteriza. Lejos del ruido mediático, su victoria judicial no es solo una cuestión económica: es una reivindicación de su derecho a la dignidad y a la privacidad, dos valores que, en la era de los titulares virales, parecen cada vez más difíciles de proteger. Y, en este caso, la justicia ha hablado alto y claro.