Gente

Isabel Pantoja no informa a su hija del ingreso de su abuela

Doña Ana fue trasladada ayer a un hospital privado en Jerez y el entorno de la tonadillera guarda silencio

Doña Ana y la cantante siempre han estado muy unidas
Doña Ana y la cantante siempre han estado muy unidaslarazon

Doña Ana fue trasladada ayer a un hospital privado en Jaén y el entorno de la tonadillera guarda silencio.

Doña Ana, de 88 años, se encuentra estable y arropada por su familia. La madre de Isabel Pantoja tuvo que ser ingresada en el Hospital de Puerto Real (Cádiz) el jueves por la noche por un empeoramiento en su estado de salud. La noticia sorprendió a la tonadillera a punto de grabar el que será su nuevo programa televisivo, «Idol kids», que verá la luz próximamente en Tele 5. En cuanto le comunicaron la situación se dirigió a la estación de Atocha y tomó el primer tren a Cádiz donde llegó entorno a medianoche entre lágrimas y con cara de preocupación y pasó toda la noche junto a su madre.

Un trabajador de la citada clínica revela a LA RAZÓN que «la cantante llegó muy nerviosa, completamente excitada, preguntando continuamente a los médicos por el estado de salud de su madre, pero en el hospital nos han pedido que mantengamos una total discreción sobre la paciente». Ayer, doña Ana fue trasladada por la tarde al hospital Puerta del Sur de Jerez, tal y como desveló la tonadillera entre lágrimas y por teléfono a Belén Esteban en «Sálvame».

► Anabel Pantoja: ”No tiene sentido que Isa aparezca en el hospital dónde está mi abuela”

Cuando hablamos con Isa P., declaró que «me he enterado por usted de la noticia. Estoy firmando unos papeles en el notario y le pido que entienda que no me manifieste sobre el tema». Poco después, era vista comiendo en San Fernando junto a Asraf y Dulce. «Espero que mi abuela se recupere de lo que le ha llevado al hospital», añadió. Aunque aun no se había puesto en contacto con su madre para enterarse de la gravedad de la situación. Pero es también preocupante que no estuviera al tanto del ingreso de su abuela, cuando ésta se produjo la tarde noche anterior a nuestra llamada. Nadie la llamó, lo que demuestra el total distanciamiento familiar. Una fuente cercana a la joven comenta que «entiendo que la relación entre madre e hija esté deteriorada, pero de ahí a que nadie de su familia le ponga al tanto a Isa del internamiento de su abuela... Son situaciones incomprensibles». Antes del cierre de esta edición la cantante no había cancelado sus bolos del fin de semana.

Por su parte Kiko, sí lo hizo con los suyos. Muy afectado, el DJ permanece en la clínica junto a su mujer, su madre, los hermanos de ésta y su prima, Anabel Pantoja, al preguntarle por el estado de salud de doña Ana dijo: «Perdóneme, pero no puedo hablar, lo siento», señal inequívoca de las recomendaciones de su famosa tía. Secretismo total y escasos datos sobre la matriarca. Isabel quiere a su madre con locura, muere y vive por ella, y lleva meses intentado ocultar su dolor por la enfermedad neurológica de doña Ana, un alzheimer que ha avanzado con el paso del tiempo. La última vez que le pregunté por ella, Pantoja respondió: «Gracias por interesarse por la salud de mi madre. Ella es mi prioridad. Su situación es la que manda y no tenemos más remedio que estar junto a ella, ya sea mi hermano Agustín o yo. Confío en que este año vaya mejor la cosa... si Dios quiere. Que ya esté bien y que su enfermedad vaya poquito a poquito, porque nos tiene agotados de verdad y con una gran impotencia por no poder hacer más por ella». Su voz se confundía entonces con su llanto.

El motor de la familia

La Isabel mujer es muy sensible y vulnerable. Nada que ver con las vanidades de la artista y sus desplantes.

En una entrevista anterior, Pantoja reconocía que «mi madre era el motor de la familia, el mío y el de mis hermanos». Fue doña Ana la que acompañó siempre a su hija en sus inicios artísticos, una especie de «carabina» que le avisaba de los peligros y de los inadecuados pretendientes, que eran muchos. Una mujer con una fortaleza de hierro, el filtro perfecto. Pero los años pesan y la salud flojea.

Precisamente, la enfermedad degenerativa que padece fue la causa de que Isabel se retirara del mundo artístico y su universo se resumiera en cuidar a una madre que le necesitaba. Y si recupera ahora la actividad es, sobre todo, por necesidades económicas. Ella es el sostén monetario de su familia, y si no entran ingresos y siguen los gastos, llega un momento en el que la reacción debe ser inmediata. Y eso es lo que hizo Isabel al aceptar la oferta de «Supervivientes» y la de ser jurado de «Idol kids», aun sabiendo que la ineludible distancia le separaría de su progenitora. Le cuesta no estar a su lado, y su propósito es alquilar en Madrid un chalet cercano a las instalaciones de Mediaset y traerse a doña Ana a la capital madrileña. Aquí estarían las dos, junto a su hermano Agustín, bajo el mismo techo.