Jack Nicholson y Meryl Streep: el «affaire» secreto de Hollywood

Su habilidad para ligar con el género femenino es un tema de dominio público. Pero de todas las mujeres, hubo una que le marcó para siempre: Meryl Streep. La relación, jamás confirmada por los protagonistas, es sin duda uno de los capítulos más interesantes de «Nicholson», biografía escrita por Marc Eliot que salió a la venta ayer en el Reino Unido. El libro desvela los secretos más ocultos de la superestrella de Hollywood. El hombre que ha estado doce veces nominado al Oscar y cuenta en su poder con tres estatuillas es un amante insaciable –lo sabemos–, pero también fue adicto a las drogas más duras y una víctima de la mentira en la que fue criado –a los 37 años se enteró de que la que creía su hermana mayor era en realidad su madre–.

Nicholson y Streep interpretaron a un turbulento matrimonio en «Se acabó el pastel» (1986). El ácido guión estaba a cargo de Nora Ephron, quien se inspiró en su propia relación con el periodista Carl Bernstein, quien la abandonó por la baronesa Margaret Jay. El director decidió que para conseguir llegar al grado de tensión que se suponía a los personajes, los protagonistas no debían conocerse hasta el primer día de rodaje. Ella estaba realmente nerviosa. El actor ya tenía un nombre en aquella época, y, según explicó, era como encontrarse con Mick Jagger o Bob Dylan. Así que Nicholson se decidió a actuar y, antes de ponerse delante de la cámara, pidió a Streep si podía utilizar su retrete. Fin de la tensión. La cosa empezó bien. Pero terminó con ella echándole de su habitación del hotel y jurando no volver a hacer otra película con él. Pese a todo, los dos volvieron a coincidir de nuevo en «Ironweed» tan sólo un año más tarde. Por aquel momento, Jack mantenía un romance de tira y afloja con Anjelica Huston y se dejaba querer también por Veronica Cartwright. Pero parece ser que con Streep hubo más que palabras en una de las caravanas-camerinos. «Tan pronto como empezó a rodarse la cinta, ya había infinidad de rumores sobre una relación entre Jack y su co- estrella- yo-nunca- trabajaré- con- él- de nuevo- Meryl», recalca el escritor con cierto rintintín.

La mujer perfecta

Ellos jamás lo han confirmado. Pero mantienen un gran afecto el uno por el otro. Es más, siguen siendo amigos cercanos. El año pasado, Meryl, felizmente casada con el escultor Don Gummer durante los últimos 35 años y madre de cuatro hijos, mencionó al intérprete durante su intervención en el programa «Watch What Happens Live». Cuando se le preguntó con quién se enrollaría, con quien se casaría, y a quien mataría de todos los hombres con los que había trabajado, ella escogió a Robert Redford para casarse, a su compañero en «Kramer contra Kramer», Dustin Hoffman, para matarle, y a Jack... para la opción restante. Él, en otra aparición pública, se limitó a referirse a ella como la «mujer perfecta». Saquen sus propias conclusiones. El libro también tiene capítulos dedicados a uno de los problemas más graves de la vida del actor: la dependencia a las drogas. El escritor afirma que Nicholson era un «consumidor crónico en los primeros años de su carrera».

Desconfianza de las mujeres

Marc Eliot, autor de esta biografía (en la imagen, la portada del libro),asegura que la desconfianza de Nicholson hacia las mujeres surge tras descubrir la verdadera identidad de su madre: a finales de 1974, supo que su progenitora era en realidad la que creía su hermana mayor, June, y su padre Don Furcillo-Rose. El actor supo la verdad cuando dos estudiantes de cine, Robert David Crane y Christopher Fryer, escribiendo una tesis sobre él descubrieron el gran secreto de su familia.