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José Fernando pasa su primera noche en prisión

José Fernando pasa su primera noche en prisión
José Fernando pasa su primera noche en prisiónlarazon

José Fernando, el hijo del torero Ortega Cano, ha pasado su primera noche en prisión. Junto a él también los otros dos detenidos por, supuestamente, agredir y robar a un hombre en un club de alterne de Sevilla.

No había despertado la mañana cuando José Ortega Cano recibió una llamada. Lo que le contaron le dejó mudo. Rompió a llorar desconsolado, hundido, destrozado. Su hijo José Fernando estaba en los calabozos de la Guardia Civil acusado de robo con violencia. «Te puedes imaginar cómo se encuentra», comenta uno de sus mejores amigos. «Abatido es poco. Siempre ha querido llevarlo por la buena senda, los mejores colegios, médicos, psicólogos, pero José Fernando no quiso entrar en vereda. Ha hablado con él desde el amor de padre, lo ha castigado, pero no ha logrado reconducirle».

La vida de José Fernando dista mucho de ser modélica y en los últimos días se la ha complicado aún más. El 2 de noviembre, él y varios amigos suyos se habían pasado la tarde y gran parte de la noche bebiendo. Su estado de embriaguez era visible. Ojos rojos, mejillas encendidas, incoherencia en el lenguaje y actitud de nadie nos puede parar. Con ese arrojo, él y cuatro amigos más, llegaron en taxi a un club de alterne en Castilleja de la Cuesta, Sevilla. Dentro del local, «El Rey 2000», hubo un conato de pelea. La seguridad del lupanar actuó. A empujones y sin muchos miramientos los pusieron de patitas en la calle.

Huyeron en el vehículo

Ya estaban encendidos. Los ánimos calientes, pecho inflado y bravuconería verbal. Acabaron agrediendo al cliente, que también iba borracho. Serían las 06.00. Dejaron a la victima con magulladuras por todo el cuerpo tendido en el suelo. Y huyeron, pero antes desplumaron al pobre hombre que no sabía por donde le llovían los golpes. Le quitaron la cartera, el teléfono móvil, las llaves de casa, las del coche, y el propio vehículo, un Audi A3, en el que pusieron pies en polvorosa.

La Guardia Civil comenzó las pesquisas al día siguiente, cuando la víctima presentó la denuncia. El 4 de noviembre localizaron el vehículo, calcinado en Almadén de la Plata, en Sevilla. Tampoco les importó su «machada» que grabaron con el móvil cómo se quemaba el coche, ufanos, disfrutando de su hazaña. Inmortalizándola para alardear después de ella. Una prueba más en el futuro juicio que se celebre contra ellos, porque la Guardia Civil ha acumulado indicios de peso que justifican de largo una condena. Las evidencias son tan contundentes que el juez mandó a última hora de la tarde de ayer a todos los detenidos a prisión provisional sin fianza. Antes de finalizar el día, José Fernando ingresaba en el Centro Penitenciario Sevilla 1.

El hijo de Ortega Cano, que en el momento de la detención, en plena calle, llevaba en sus bolsillos gran cantidad de dinero, se enfrenta a delitos serios. Robo con violencia, cuya pena va de los 2 a los 5 años, robo de uso de vehículo de motor, daños y pertenencia a organización criminal.

Durante los primeros cinco días estará en el módulo de ingresos. Allí, entre otras cosas, le explicarán sus derechos, sus deberes y será asistido por un médico y un psicólogo. Después, lo trasladarán a una celda a la espera de salir en libertad condicional o de que llegue su juicio. Lejos quedan sus declaraciones de justificación y arrepentimiento, cuando reconoció que se había gastado 10.000 euros con unos amigos en una mancebía para aliviar la depresión. Toda la noche de fiesta, pero cuando le pasaron la factura, no pudo hacer frente a ella. Su padre, el diestro Ortega Cano, tuvo que abonar los 3.000 que le faltaban. El, cabizbajo, asumió su error: «Lo siento por mi padre. Me ha dicho que he cometido un fallo enorme y que no lo vuelva a repetir». Una vez más, José Fernando no ha seguido su consejo.