Gastronomía
Buena cocina asturiana
Descubrir rincones como El Llagar bien merece recomendarlos a los cuatro vientos. Situado en el madrileño barrio de Canillejas, su propietaria, Covadonga Pérez Silva, dirige también otro espacio perfecto para organizar celebraciones varias, como espichas asturianas , ahora que se acerca la Navidad. Dicho esto, volvamos a El Llagar, un local amplio de dos alturas en el que en la parte inferior destaca una apetitosa barra y un vivero de marisco, protagonista de platos que merecen la pena degustar. Arriba, un acogedor restaurante, ideal para rendir homenaje a la gastronomía asturiana con guiños creativos que aquí tanto miman y respetan, igual que en la terraza, adaptada para los días de bajas temperaturas. Entre sus especialidades, destaca la tosta de morcilla matachana, preparada con harina de escanda y manzana caramelizada, de ahí que haya sido reconocida con el primer premio en la Feria de la Tapa de Madrid en 2007 y, un año después, resultó finalista en un certamen celebrado en el Congreso Internacional Madrid Fusión.
Propuestas para cualquier hora
El local abre a diario a las ocho y media de la mañana para ofrecer a los paladares madrugadores bollos caseros, rosquillas, tarta de queso y de manzana, picatostes y tostas, como la de cabrales batido con sidra y su gelatina. Bocados tan sobresalientes como las tortillas (de cabrales y paisana), que resultan un estupendo tentempié, igual que las croquetas, los quesos artesanos, los mejillones a la sidra y las empanadas. Propuestas para compartir que acostumbran a protagonizar un almuerzo informal. Si opta por platos más contundentes, sobresalen la fabada asturiana, el arroz con bogavante y las verdinas con nécoras o con chipirones en su tinta, un manjar que Covadonga, sumiller de profesión, propone disfrutar con Analivia Verdejo, elaborado con la uva Verdejo, amparada por la D.O Rueda, de la bodega Pagos del Rey: «Es un vino muy recomendable por su calidad-precio. A mí, me gusta el magnum, porque gusta mucho a mis clientes al tratarse de un verdejo fácil de entender, muy fresco y con ese toque de almendra amarga que deja un final agradable», dice. La carta continúa la línea de sabores tradicionales y presentaciones creativas, así que pruebe la ensalada de faisán escabechado con mermelada de pimientos, los huevos rotos, porque se los sirve el mismo proveedor que a Casa Lucio, y llegan a la mesa con chorizo de Tineo o con jamón ibérico, el pitu caleya con boletus, el cachopo y el chuletón de buey. Pregunte por el menú que ofrecen los fines de semana por 29, 75 euros.
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