Novela
Carrera con doble sentido
Todo lo que rodea la figura del ex atleta y cirujano ortopédico Jaques Rogge tiene dos posibles lecturas. Sobre todo desde el punto de vista de los españoles y más aún de los madrileños. Si hasta hace justo una semana podía gozar de cierta admiración por su intachable carrera como máximo responsable del COI, a partir de que anunciara la repentina eliminación de Madrid como candidata a albergar los Juegos Olímpicos de 2020 son muchos sus detractores. Y esa dualidad es la que se puede extraer de su estilo, que a veces resulta elegante, a veces anticuado. No hay duda de que su forma de vestir responde al rigor y a la precisión del cirujano de prestigio y de vida acomodada que es. También en su favor están su atractivo de hombre maduro y deportista (fue olímpico de vela en varias ocasiones). Por eso no falla a sus trajes azules, camisas claras y corbatas igualmente azules o rojas. Sin embargo, la otra cara o lectura es que sus estilismos, por correctos que sean, resultan aburridos. A la vista está que, con su poder adquisitivo y puestos de élite, se hará los trajes y camisas a medida. Pero, volviendo a esa dualidad y despiste que genera, mi opinión sería, también, dual: su propuesta en bienintencionada aunque el resultado final resulta fallido. Qué sensación tan familiar..
GAFAS QUE ENVEJECEN
Aunque en este «look» no luce sus acostumbradas gafas Silhouette, es un «must» de su estilo, así que es obligatorio dedicarles un espacio aparte. Rogge cae en el error común de pensar que una montura apenas visible favorece, pero este tipo de gafa envejece de forma clara y evidente. ¿Mi consejo? Cambiar a unas de montura negra que le darían un aspecto más interesante.
CORBATA DICTATORIAL
Es uno de los puntos débiles de muchos hombres, sobre todo con cargos de responsabilidad, como es su caso. Estamos de acuerdo en que lo fácil para alguien como él es no arriesgar. ¿La máxima? Discreción y corrección. Pero de ahí a no salir de la dictadura del rojo y el azul hay algún punto intermedio al que debería llegar.
CAMBIO DE SASTRE
Es quizá el fallo más garrafal después de la elección de sus gafas. La anchura de sus hombros, exagerada se mire por donde se mire, y el largo excesivo le dan al «look» un toque rancio que debería evitar. ¿Cambiar de sastre a lo mejor?
Otros looks
Aunque su mejor complemento es la sonrisa, escasa pero amplia, insisto: que busque un buen sastre y se ajuste las chaquetas de la misma manera que nosotros nos ajustamos el cinturón: difícil, pero con resultados.
El veredicto
Su arma secreta: la mirada.
Su punto flaco: la barbilla.
Miente con sus gestos:
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