Crítica de libros
Coherencia y fortaleza
Ada Colau se siente totalmente implicada en su discurso, cree en su mensaje y lo transmite de forma coherente. Para ella es importante hacerse entender. Su cuerpo refleja congruencia: en sus intervenciones lo mueve hacia el interlocutor y las palmas de las manos miran a su tronco. Lo reafirma con los movimientos curvos de sus brazos, que son proyectivos –fuerte vínculo con sus palabras–. Sus ojos tienden a mirar hacia arriba a la derecha –Ada no inventa lo que dice; recurre a su memoria, recuerda. Esto refuerza la veracidad del mensaje–.
Es una mujer sensible y emocional. Su cabeza inclinada hacia la izquierda durante las intervenciones refleja empatía. Tiende a sujetar la barbilla con su mano izquierda cuando atiende, demostrando su capacidad de escucha. Su porte firme y su paso rápido refleja una persona fuerte, con carácter y muy luchadora. Los nervios quedan al descubierto cuando traga saliva o se rasca la nariz.
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