Moda
Difusa apariencia
PERE NAVARRO /Primer secretario del Partido Socialista de Cataluña
Tenemos muchos políticos para los que el sentido de la elegancia y el buen vestir son cualidades tan poco importantes que llegan a pensar que el único acto de considerarlo les resta carisma. Con esta actitud creen que ganarán puntos y se les considerará más intelectuales o cultos –sea cual sea su definición de lo que estos conceptos significan–. Pero existe algo quizá peor que esa forma de prejuicio obtuso hacia la estética: lo insulso, lo que no llega ni a suscitar interés. Esta estética de la inapetencia tiene un buen aspirante en Pere Navarro.
l Cuestión de Estado
No es de esperar que un político esté al tanto de las nuevas tendencias, sobre todo por la idea imperante y peyorativa que tiene esta clase de que la moda es caduca. El carácter interesante de esta reflexión no les exime de la responsabilidad de dar una buena imagen como personajes públicos que son, aunque por lo menos sea algo más cuidada que la de un oficinista de banco.
l Por dentro y por fuera
Si con su discurso se esfuerza en captar la atención, con su indumentaria todo lo contrario: sus «outfits» no pueden ser mÁs insulsos, algo que no termino de entender, pues son precisamente los políticos catalanes los que se caracterizan por sobresalir en estilo y elegancia.
l Su estilo
No esperemos que nos sorprenda ni para bien ni para mal. Es correcto y adecuado sin más. No hay riesgo: ni con las corbatas, ni con las camisas, tampoco los zapatos... Nada con lo que uno pueda quedarse por ser llamativo; una imagen que se desvanece en la memoria.
l Mi consejo
Por encima de todo, estrechar hombros y mangas en las chaquetas. Las que lleva actualmente le dan un aspecto de hombre menguante restándole presencia. No debería utilizar camisería de sastrería para los «looks» informales. Las de botoncitos en el cuello son perfectas para el estilo sport.
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