San Antonio

Ibiza: renovarse o morir

La Razón
La RazónLa Razón

La idea surgió del entorno creativo de Ricardo Urgell, imparable en la discoteca Pachá de Ibiza, con varias sucursales, aunque alguna ni siquiera se asemeje a lo que supone el ya mítico local nocturno frente a Dalt Vila, zona en la que ahora está el Lío, que ya está a punto de cerrar para llevar su espectáculo al renacido Teatro Principal de Las Ramblas, en Barcelona. Urgell ha aumentado su imperio con el Hotel Destino, sin embargo, el verano no ha sido tan bueno y ahora recapacita para relanzar un lugar de tal atractivo turístico que deja indefensa a Palma, ya sin el respaldo real, que animaba la isla en agosto.

Ibiza se pone las pilas y Vicent Roig, consejero de Industria, quien mantiene el certamen de moda Adlib, que se celebrará el próximo 7 de junio, toma nota del proyecto para unirlo a la exaltación de la moda blanca, que ya lleva 40 años sobre la pasarela. En su última edición, estrenó el nuevo Club Náutico de San Antonio, situado cerca del Arenal, en el que la Duquesa de Alba se pasea en biquini y sin los complejos de la edad.

Nombres como Cavalli, Gaultier, Armani y Valentino, tan incondicionales del verano ibicenco, aportarían algo más que un grano de arena para potenciar la isla. Parecía establecida, aunque el desmadre de precios –un café en un modesto chiringuito cuesta ¡4 euros!– propicia cierta desbandada. Durante los últimos veranos, Valentino optó por navegar por costas menos conocidas. De ahí sus incursiones por tierras turcas y ucranianas, misma tónica llevada por Armani. Gaultier sigue incombustible, porque el lado canalla de la noche ibicenca le hace perder su bien asentada cabeza de gran creador con ideas renovadas en los recientes desfiles de París. Insiste en sus camisetas de rayas de marsellés tan emblemáticas, un invento que Saint Tropez comercializó durante los años 60 vía Brigite Bardot y que, en estos cuarenta años, Ibiza no ha sabido imitar. No hay una prenda que represente la filosofía pitiusa, pero no estaría mal crearla. Cavalli se uniría a los creadores dispuestos a mantener el aire ibicenco y su atractivo, aunque las grandes discotecas, Ushuaia, Pachá o Amnesia, acusaran bajones este estío. Renovarse o morir. O, al menos, languidecer.