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Jesulín, del trampolín al fisioterapeuta

Jesulín, del trampolín al fisioterapeuta
Jesulín, del trampolín al fisioterapeutalarazon

Está acostumbrado al dolor, pero en sus entrenamientos en la piscina ha llegado al límite. Casi cuatro semanas lleva Jesulín de Ubrique preparando su gran salto. No ha elegido el de la rana para debutar en «Splash», pero se ha dejado la piel como si del ruedo se tratase. «Nunca antes había ido tantas veces seguidas al fisioterapeuta. Tengo el cuerpo muy dolorido porque me he pegado buenos golpes saltando. Es un deporte muy duro que requiere alta exigencia», asegura a LA RAZÓN el diestro. Cuando Antena 3 le propuso participar en este «reality» deportivo su respuesta fue rotunda: «No. Me llaman para demasiados programa. Yo quería algo que fuera interesante y al principio no me lo parecía». Pero le picaba la curiosidad. Es un hombre de retos y no quería decepcionarse a sí mismo, así que al cabo de unos días decidió presentarse enlos entrenamientos «para ver cómo iba la cosa». Y una vez en la piscina decidió mojarse. El resultado: cuatro días a la semana de entrenamiento –tres horas cada uno de ellos– para conseguir un salto de carpa. «Finalmente me tiraré desde los siete metros. Pensaba hacerlo desde los diez, pero me han recomendado que no fuerce demasiado», explica el de Ubrique. Y es que el accidente de tráfico que sufrió en 2001 le dejó secuelas que ahora le impiden estar al 100 %. «Mi familia al principio me dijo que no lo hiciera porque saben cómo tengo la espalda de dañada, pero ahora, una vez que decidí concursar, me animan mucho. Incluso mis hijos presumen ante sus amigos sobre cómo se va a tirar su padre e imitan mi salto con ellos», confiesa. Tanto ejercicio le ha hecho perder cuatro kilos y es que tirarse de espaldas, con brinco y giros en el aire no se consigue así por así. Lo suyo será de infarto. O al menos eso promete. ¿Lo que más teme? Caer mal en la piscina y a alguno de sus compañeros como Miriam Díaz- Aroca y Darío Barrio. «Al cocinero le he visto entrenar y lo que hace es impresionante. Así que nada, si tengo que ir a la repesca iré. Eso sí, todos tienen su mérito. Es alucinante cómo tienen el cuerpo lleno de moratones a causa de sus caídas. Pobrecillos», dice. No le asusta lanzarse delante de Anna Tarrés ni del resto de los miembros del jurado, pero reconoce que no son «fáciles, y aunque no suelo ser una persona respondona, si me dicen algo que me moleste los rebatiré con mis argumentos, porque yo sé cómo he trabajado y me he esforzado». Tampoco es sensible a la crítica de los espectadores porque «ya llevo muchas a mis espaldas y cada uno es libre de opinar lo que quiera». Ahora, lo que le preocupa es conseguir el grado de concentración necesario para lograr el salto perfecto y «no pensar en los dolores que tengo». Como diría él: «A por toas».