Famosos
Lourdes Montes, ¿clon de Carmina?
Hace años dudaba al ver cómo Francisco Rivera daba carpetazo a la prensa del corazón. Amenazaba con poner demandas, que las puso, por atentar contra su derecho a la intimidad. Recuerdo cuando me denunció por una suma millonaria por hablar de su «relación de amistad» con Anne Igartiburu. En el primer párrafo de ésta, su ego le traicionaba al decir que era matador de toros, que se jugaba la vida y que era hijo, nieto, sobrino y hermano de toreros. El protagonista de un espectáculo como la Fiesta Nacional lleva añadido el título de personaje público pues es una actividad profesional que se desarrolla de cara a los demás. Él, que se había criado a los pechos de los García Pelayo junto a su madre y hermanos. Alvarito, Palomita, Ángela y lo más granado de la Agencia Korpa le vieron cambiar los dientes, hacer la primera comunión, ir de campamento de verano a EE UU, sus primeras novias, enamorarse de Blanca Martínez de Irujo, la prima de su mujer, Eugenia... Hoy me doy cuenta de que aquella extraña reacción en contra de la prensa rosa era fruto del desamor por Eugenia y su recién estrenada paternidad. Algo le quedaba grande. Cosas del desamor.
Ayer fue una «tarde de feria» para Lourdes Montes, el clon de Carmina Ordóñez. Hasta en sus anchas caderas me recuerda a «La divina». También en otras cosas, pero pertenecen a la intimidad personal y familiar. Lourdes tomó la alternativa de manos de Fran. Qué mejor padrino para debutar con «picadores» en un «photocall» de Pronovias. La nueva «divina», guapa y racial como su intangible suegra. Nos han anunciado a golpe de exclusiva remunerada sus últimos acontecimientos personales. Cuando llegue la cigüeña esperemos que no vuelva a perder los nervios el maestro en artes marciales. La puerta de tu intimidad está abierta, pero has sido tú, Lourdes, la que así lo ha querido.
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