Industria de Moda
Luis Medina le roba la novia a Mick Jagger
Él es alto, apuesto, joven y pertenece a una de las familias más aristocráticas de España, y se codea a diario con lo más granado de la «high society». Ella alcanza el metro ochenta y con sus rasgos aniñados, su melena rubia y su escultural cuerpo ha conseguido conquistar el universo de las «top models». Juntos forman una pareja estelar, una de esas combinaciones fulminantes que pueden tener al mundo entero pendiente de sus idas y venidas, sus escarceos y sus disputas, sus apariciones y sus rupturas. Luis Medina parece haberse hecho esta vez con el caballo ganador, y ha fichado a una despampanante modelo internacional: la sueca Caroline Winberg.
El pasado sábado, la boda de Magdalena de Suecia (otra de las conquistas del benjamín de los Medina) reunió a «celebrities» y personajes de todos los rincones en lo que acabaría convirtiéndose en un explosivo cóctel de solteros. Al fin y al cabo, aunque se trate de la «royalty», una boda es una boda, y siempre hay ávidos solteros en busca de compañía. El menor de los hermanos Medina, que además de una lustrosa melena no tiene un pelo de tonto, fichó con astuta rapidez a la nórdica «valquiria» y pasó divertidos momentos con ella a lo largo de la ceremonia y de la fiesta posterior. Así, el conde de San Martín de Hoyos se apresuró a publicar una foto con la maniquí en el Palacio de Drottningholm –donde Magdalena y Chris O'Neill contrajeron matrimonio– en la que aparecían abrazados, y la acompañó del texto «adorable Caroline».
Mick Jagger, embelesado
Y es que si algo es Caroline Winberg, es «adorable». Su cara pecosa y sus esbeltos rasgos han vuelto loco a más de uno. De hecho, esta rubia ocupó los titulares de la Prensa internacional con tan sólo 17 años, y no fue precisamente por triunfar en un gran desfile o protagonizar la última portada de moda. En 2002, durante un desfile en París, el líder de los Rolling Stones quedó prendado de la belleza de la joven, que por entonces, aun sin ser más que una insegura y principiante adolescente, triunfaba ya en los «catwolks» de las principales firmas de moda. Mick Jagger se las ingenió para hacerse con el número de teléfono de la joven, quien, según contaba la Prensa, acabó perdiendo la paciencia. Caroline no quería ceder a las proposiciones del rockero porque lo encontraba demasiado mayor (ya contaba con 59 años a sus espaldas por entonces), opinión que también compartían sus padres, Thomas y Camila, que pidieron a Jagger que cejara en sus esfuerzos por conquistarla.
Mujeriego con modales
Después de haber disfrutado de sonados romances con bellezas como la propia Magdalena de Suecia o Tamara Falcó, Luis Medina mantuvo relaciones estables con Amanda Hearst (a quien llevó a la boda de su hermano Rafa) y con Alejandra Rojas, con quien el noviazgo se alargó cuatro años. Pero ahora, el hijo de Nati Abascal surca aguas internacionales, y es su propio círculo íntimo el que no duda del «affaire» que vive con Caroline Winberg: «Estoy seguro, porque Luis es un mujeriego. No hay nada que le guste más en el mundo que una "top model", aunque por sus creencias cristianas, trata de ser un caballero», cuenta uno de sus mejores amigos. Y es que en eso coinciden sus amistades: en que a pesar de que es un «tirafichas» y un fiestero, siempre acaba siendo educado. «En el fondo, tontea con cada chica guapa que se le pone delante. Pero para sentar la cabeza busca a alguien como su madre: trabajadora, independiente y con mucha personalidad. Una chica sobresaliente», confiesa otro de sus íntimos.
¿Podría ser Caroline la «chica 10» que busca Medina para pasar por el altar? Desde luego, triunfos no han faltado en el currículum de la joven. Nacida en 1985 en Sollentuna, una ciudad al norte de Estocolmo, de pequeña era un «tomboy» y soñaba con ser jugadora de fútbol profesional. Pero con 15 años, el agente Cesar Wintland la descubrió en las calles suecas y le ofreció una carrera como modelo. Así, «sweet Caroline» comenzó su carrera a la tierna edad de 16 años, y un año después ya figuraba en las pasarelas nacionales y aparecía en múltiples campañas de publicidad. No tardó en llamar la atención de los «cazatalentos», y algunas de las principales agencias de modelos –como Women Model Management, Why Not Milan and Dominique Brussels– pujaron por ella. En seguida, esta rubia estaba protagonizando campañas para Armani, Carolina Herrera, Chloé, Dolce & Gabbana, Valentino o Versace. Su belleza escandinava estaba en boca de todos, y la larga lista de portadas que ha protagonizado –desde «Vogue» hasta «Elle pasando por «Cosmopolitan», «Harpers Bazaar» o «Marie Claire»– es interminable, como lo es la multitud de pasarelas que ha pisado. Ha figurado en los grandes desfiles de todos los grandes diseñadores, tanto en sus colecciones de «prèt-â-porter» como de alta costura: Chanel, Valentino, Versace, Dior, Lanvin, Oscar de la Renta, Armani o Elie Saab son sólo algunos de ellos.
Un ángel de alas millonarias
Por si le faltaran atributos, Caroline Winberg cuenta también, como sus compañeras de profesión, con un sueldo estelar que supera los dos millones de euros al año. Quizá por eso la joven ha declarado en diversas ocasiones que trabaja porque le gusta: «No necesito el dinero, en absoluto, pero disfruto haciendo lo que hago». También disfrutan los que la han visto desfilar desde 2005 junto a las modelos más deseadas del mundo: Winberg ha compartido pasarela con bellezas como Adriana Lima, Miranda Kerr, Alessandra Ambrosio o Candice Swanepoel en el «Victoria's Secret Fashion Show» que trae, año tras año, las principales tendencias en ropa interior. Ella mismo dijo que le gustaría colgar las alas cuando cumpliera los 25, y quizá por ello desde el año pasado ha bajado el ritmo, aunque ahora está al pie del cañón por ser una de las jueces en «The Face», el programa británico que trata de descubrir a la nueva supermodelo y cara de la moda. En una versión renovada del «reality» mítico «American Next's Top Model», Caroline Winberg comparte plató con la incombustible Naomi Campbell y otra «top» internacional, Erin O'Connor.
«Mi sueño es tener mi propia familia y vivir en mi tierra natal, en Suecia, junto a los que más quiero», ha dicho la «adorable Caroline». ¿Será capaz Luis Medina de abandonar el cariño de su madre, Nati Abascal, y de su hermano Rafa para poblar las gélidas tierras del norte?
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