Un bolso para ayudar al Prado

Para muchos es un incuestionable objeto de culto, para otros, un mal necesario y práctico: el bolso, desde luego, no deja lugar a juicios tibios. A pesar de ser tildado como un complemento frívolo, su interior siempre depara sorpresas y más de uno se asombrará al saber que entre sus acolchadas paredes puede albergar incluso un bello fin solidario, como demuestra la última iniciativa de Hermès. La «maison» francesa ha decidido poner a subasta uno de los bolsos que pertenecen a su colección «Esencia del cuero» –que se expuso en el madrileño Palacio de Cibeles entre el 25 de septiembre y el pasado día 13– para donar la recaudación al Museo del Prado. La iniciativa, original y anecdótica entre dos mundos que habitualmente se miran con cierto recelo, ha sido acogida «con agradecimiento» por la pinacoteca madrileña, que este año ha visto reducido su presupuesto a 11 millones de euros. «Esta ayuda nos ha llovido del cielo», aseguran fuentes del museo. La venta, que se realiza estos días vía on-line, estará activa hasta el lunes a través de la página de Christie's. De momento, al cierre de la edición, el bolso de Hermès ya alcanza un precio de 14.000 libras esterlinas (más de 16.500 euros sobre un precio de salida inferior a 12.000), aunque se espera que la cifra se multiplique, acelerada por los compradores de última hora. «El año pasado se triplicó la mejor estimación, así que este año estamos emocionados por ver hasta dónde se llega. No nos atrevemos a decir un precio», asegura Clare Borthwick, especialista en vintage couture y accesorios en Christie's. El bolso, desde luego, es una pieza de arte para cualquier amante de la moda: se trata de una de las dos piezas diseñadas en exclusiva por Couli Jobert, la directora creativa para la marroquinería de la firma, para la exposición en Madrid. Es una versión especial del icónico bolso «Passe-Guide» de 1975, que representa la cultura española. Bordado sobre satén de seda, con perlas y lentejuelas, mates y brillantes, este complemento pretende evocar la elegancia del paso del caballo y el frufrú de los vestidos de satén y los trajes de luces. Además, como el dinero recaudado con la venta irá destinado al Prado, puede que el comprador incluso sienta que porta un pequeño trozo de Goya en su interior, pero no un mero «capricho», que la causa, al fin y al cabo, es noble.

Puede que este sentimiento fuese el responsable del éxito de la subasta del año pasado en Londres, que consiguió superar todas las estimaciones. «En ese caso salieron a la venta cuatro bolsos (inspirados en Inglaterra, Irlanda del Norte, Escocia y Gales) y la recaudación, que alcanzó los 184.704 euros, se destinó a la Royal Academy of Arts», explican desde Christie's, antes de aclarar que, pese a su tradición en la venta de bolsos de lujo y costura, «este proyecto es especialmente emocionante, ya que también somos capaces de apoyar al Museo del Prado más allá del patrimonio artístico de España». Toda ayuda es poca y, desde luego, la subasta es perfecta para los compradores que padezcan de repentinos ataques de remordimientos: en este caso, más justificado que nunca, se puede presumir de tener un exclusivo Hermès por auténtico amor al arte.