Colombia
Matamoros se la juega el 6 de agosto: los médicos no saben qué encontrarán al abrirle
Prefirió irse a Colombia con su novia a hacerse una nueva resonancia para comprobar si el tumor se había extendido al hígado y al riñón
Matamoros desafía al destino con su habitual pasotismo: los médicos muy preocupados porque el colaborador no quiso hacerse una resonancia para comprobar si la enfermedad se ha extendido a otros órganos vitales.
Kiko Matamoros tan sólo ha contado a sus hijos y a sus más allegados, el brutal diagnóstico que recibió tras ser ingresado de urgencia al despertarse encharcado en sangre: la aparición de varios tumores de difícil pronóstico en el aparato urinario que le impedían orinar y le provocaban fuertes hemorragias. Pero aunque ha intentado por todos los medios que nadie, y aún menos, sus compañeros de Sálvame, supieran de la gravedad de su estado, hemos podido averiguar algunos detalles que ha omitido en la exclusiva que ha concedido a la revista Lecturas confirmando su enfermedad.
Tras el susto inicial, del que sólo tuvo conocimiento su última pareja, Marta López del Álamo que estaba a su lado cuando se produjo la crisis, el colaborador de Sálvame se sometió a una resonancia en la zona de la próstata y la vejiga. Llevaba una hora en la máquina, con fuertes dolores provocados por la sonda, cuando los facultativos encontraron la causa que había provocado los coágulos de sangre que le impedían orinar. Eran varios tumores que, por suerte, estaban localizados y eran posibles de extirpar. Sin embargo, era necesario realizar más pruebas, nuevas resonancias para descartar sobre todo que el tumor se hubiera extendido por el aparato urinario hasta otros órganos vitales como el riñón o incluso, hasta el hígado.
El colaborador se negó a hacerlas ese mismo día como le aconsejaron los médicos y también, a ser operado con carácter de urgencia, unos días después, ya que tenía previsto hacer las maletas y poner rumbo a Colombia, en un viaje ya programado por la pareja
Por un lado, era su primer reportaje posado con la joven que ocupa su corazón y por otro, la “Real Marta” tenía previsto hacer un reportaje para el canal que protagoniza en mTmad sobre su escapada con Kiko a Cartagena de Indias “para coger fuerzas” y compartir con los espectadores “el lado más dulce que vive en el presente con Kiko Matamoros”. Durante la emisión del mismo, no se hace mención a ningún problema de salud que impida a Matamoros disfrutar plenamente del viaje. Por todos estos motivos, el que fuera representante e íntimo amigo de Carmen Ordóñez, desoyó las súplicas de su médico y optó por asumir las posibles consecuencias de esta decisión. Aún así, Matamoros preguntó a los facultativos su opinión, en base a su experiencia, sobre las posibilidades de que el tumor fuera maligno, pero la respuesta afirmativa del equipo no le hizo cambiar de opinión.
Nada le iba a impedir disfrutar del momento, del amor y del viaje que tanto ilusionaba a la pareja. Los médicos le advirtieron que en ese caso, irían a ciegas, que no sabían lo que podían encontrase al abrir, ya que el tumor podría haberse extendido con bastante probabilidad al riñón. Y es que, Kiko asegura que “estoy preparado para que me digan que tengo cáncer”.
Matamoros parece siempre dispuesto a apretar el gatillo en la ruleta rusa de la vida a la que se subió hace ya demasiados años.
Si algo no le falta al popular tertuliano es valor y ganas de vivir al límite. Pero lo que algunos consideran una temeridad, viajar con su última novia a Colombia a las pocas semanas de serle diagnosticado un cáncer de vejiga, es su particular forma de entender la vida. Matamoros no le teme a nada ni a nadie, ni a la muerte ni a Hacienda y en su permanente desafío al destino, ha decidido que se juega la última batalla a cara y cruz. Cara, vida, cruz, muerte.
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