Casas reales

Megan Markle: ¿Acierta con su ropa post mamá?

Las últimas apariciones públicas de la Duquesa de Sussex no han hecho sino reavivar las críticas hacia sus estilismos «poco británicos».

Los duques de Sussex, en el estreno el domingo de «El rey león»
Los duques de Sussex, en el estreno el domingo de «El rey león»larazon

Las últimas apariciones públicas de la Duquesa de Sussex no han hecho sino reavivar las críticas hacia sus estilismos «poco británicos».

Una cosa es predicar y otra dar trigo. Eso debió de pensar Meghan Markle cuando empezaron a explicarle las rigurosas normas de vestuario que sigue la Casa Real británica. Elementos como los guantes o los cortes de falda por debajo de la rodilla son de obligatorio cumplimiento, al menos mientras Isabel II siga ciñéndose en la cabeza la Corona del Estado Imperial. Y estos distan mucho del ambiente de Hollywood al que la protagonista de la serie «Suits» se había acostumbrado durante sus años de carrera como actriz, pero la propia supervivencia de la monarquía exige seguir a pies juntillas esos «dogmas».

Desde que ingresó de manera extraoficial en la familia Mountbatten-Windsor (antes de su boda el 19 de mayo del año pasado) todos los estilismos de Markle se han analizado con detenimiento, y lo cierto es que la balanza no se decanta a favor de la actriz. A la duquesa de Sussex le está costando más de la cuenta hacer el tránsito entre la alfombra roja y el balcón de Buckingham. Esto es muchas veces cuestión de actitud, y a Meghan no se le nota cómoda con los vestidos serios que cumplen el protocolo británico. Ella prefiere vestir de manera más informal, como la vimos días atrás en Wimbledon: en vaqueros y con americana, una opción que tuvo que cambiar al día siguiente, después de desatar un sinfín de críticas por no acudir con falda. Claudicó y optó por una plisada de Hugo Boss combinada con una camisa blanca remangada por debajo del codo. Pero esta es solo una de las batallas perdidas por Markle.

En el bautizo de su hijo con el príncipe Enrique, Archie Harrison, se advertía que su vestido de Dior la superaba. No se la veía cómoda con el tocado ni con la rigurosidad del «look». Ella prefiere piezas más relajadas, como el diseño de la británica Grace Wales Bonner, sin mangas, que escogió para la presentación del retoño, muy similar a uno de sus últimos estilismos, un vestido de manga corta de Lisa Marie Fernandez que llevó hace unos días para un partido de polo. A ese diseño, que se agotó en horas, le quitó el cinturón para estar más cómoda y disimular los estragos del embarazo, que en su caso son más notorios que los de su cuñada, Kate Middleton.

Su última aparición pública, el domingo en el estreno de «El rey león» en Londres, volvió a demostrar que Meghan no encuentra su sitio. El diseño de Alexander Wang Collection, de corte «new look» y con una transparencia en los hombros dejaba mucho que desear y nos hacía añorar otras opciones de la «royal» americana como el vestido de Givenchy que lució en los British Fashion Awards de 2018. Ella no se siente cómoda en la extrema corrección británica y se le nota. No sabe defender la indumentaria real como otros plebeyos miembros de las cortes europeas. En la premier, además, tuvo que competir con una arrolladora Beyoncé, que lució un excesivo vestido del diseñador vietnamita Nguyen Cong Tri y captó la atención de todos los flashes, si bien es cierto que se le podría dar un tirón de orejas a la diva de la canción por elegir un diseño demasiado desnudo y sexy, conociendo que iba a haber una representación de la familia real en el evento.

COMPETICIÓN CON KATE

El duelo con su cuñada Kate Middleton siempre está ahí y, en este caso, Middleton le lleva ventaja no tanto por ser una referencia de estilo, sino por tener un estilo coherente y claro. La futura reina británica apuesta siempre por una silueta de corte años 30 que resulta muy elegante, aunque, también hay que decirlo, a veces es extremadamente aburrida y desfasada. Meghan, en cambio, parece querer renovar la imagen de la Corona, pero no sabe por dónde empezar. Quizá de quien debería tomar nota es de Máxima Zorreguieta, la monarca holandesa, una mujer que sin tener unas medidas espectaculares se ha convertido en un icono de estilo y de belleza, demostrando que, por encima de los cánones físicos, el glamur tiene que ver más con la personalidad y con el creerse el papel que desarrolla.

En esa «batalla» por encontrar su sitio, otro de los errores de Markle es la elección de firmas. Si bien es cierto que es fiel a Clare Waight Keller, no podemos olvidar que la diseñadora británica es la directora creativa de una marca francesa, Givenchy. A esto hay que sumar que en sus últimas apariciones desde que dio a luz –ya mencionadas– ha habido gran presencia de nombres extranjeros: Dior, Lisa Marie Fernandez, Alexander Wang yHugo Boss, la cual no le ayuda a darle ese «toque británico» que debería conseguir. Veremos si su retirada a Frogmore Cottage este julio le ayuda a aclara sus ideas, lejos del bullicioso Londres. El tiempo lo dirá.