Natalia Menéndez: ¿Quién no ha tenido ganas de matar a alguien?»

–«La amante inglesa», una obra que, dice usted, trata sobre el engaño, la crueldad, la violencia, la felicidad, el miedo, el olvido ¿De qué no trata?

–De cosas banales y mediocres.

–Nos cuestiona sobre la responsabilidad y la culpabilidad. ¿Ve a esta sociedad muy responsable?

–Para eso hace falta mucha educación. Y no hay educación elevada.

–Ah, la culpabilidad. La culpa siempre la tiene el otro.

–Sí, el Gobierno, la tele, el vecino, el gafe...Es lo más fácil.

–¿Usted tiene la culpa de...?

–De cosas inconfesables. No hay nadie libre de culpa. Casi nadie.

–También habla la obra de lo que nos importa la opinión que los demás tienen de nosotros...

–La mirada de los otros nos importa más que mirarnos a nosotros mismos.

–¿Es de las que necesita ir al Tíbet para encontrarse a sí misma?

–No, qué va. Sólo necesito luz y silencio. Soy mujer de preguntas más que de respuestas.

–Yo me encontré una vez a mí mismo y salí corriendo.

–Puede que yo también. Me dio miedo y risa.

–¿Le molestaría mucho que pensaran de usted que es...?

–Mediocre. Es lo que más rechazo.

–Marguerite Duras, la autora, se inspiró en un suceso real: una mujer mató y descuartizó a su marido...

–Le llamó la atención por extraño: generalmente sucede lo contrario.

–Ustedes, las mujeres, recurren más al veneno, son más sutiles matando.

–Por falta de fuerza, no por falta de ganas en algunos casos, ja, ja, ja.

–¿Ha tenido alguna vez ganas de matar a alguien?

–¿Quién no? Pero sólo durante un instante, por un cruce de cables. No me gusta la violencia ni la estética de la violencia. No voy de guerrillera.

–Boadella dice que tiene miedo a los imbéciles. ¿Usted a...?

–Yo también a los imbéciles. El imbécil es muy peligroso: te puede sacar un ojo incluso sin querer.

–De las corrupciones que vivimos, ¿cuál le parece la más teatral?

–Las corrupciones con cara de «yo no fui» son muy teatrales.

–Pues anda que las de «y tú más»...